Miguel Ángel Revilla pidió desde El Hormiguero elecciones a Pedro Sánchez. Carlos Magdalena

Y esa petición que hizo el expresidente de Cantabria lo vieron y escucharon en vivo y en directo más de 5 millones de españoles. A esta petición se unen todos los ciudadanos que defienden a España como país, que defienden la Constitución, en definitiva todos los demócratas y por supuesto los viejos socialistas, y no tan viejos, que no entienden ciertas pretensiones del actual presidente con tal de alcanzar la Presidencia.

Este clamor a modo de grito popular debería hacer cambiar de parecer a Sánchez pero será que no porque la prepotencia, ambición y soberbia del actual presidente español unido a su catadura moral no tiene límites. En efecto Sánchez no quiere escuchar la voz ciudadana que le pide rectificar, que le dice que no todo vale, pero éste está decidido, aferrado como una lapa a seguir en la Moncloa al precio que sea y caiga quien caiga.
Aunque haya perdido las elecciones y tenga que cargarse España está dispuesto a trocear el país y verse sumido en una retahíla de pretensiones inconcebibles de los independentistas cada día con menos votos pero con toda la fuerza que les otorga Sánchez y su corte.

Revilla estuvo a su nivel, incluso mejor desasido ya de la presidencia de Cantabria. Y es que siempre lo he dicho, que los políticos cuando dejan de ser políticos y bajan del cargo vuelven a ser personas aunque Miguel Ángel siempre ha sido bastante cercano.
Dijo ante toda España que ya no se habla con Sánchez, que le llamó hace poco, que no le cogió el teléfono ni le devolvió la llamada. Y es que amigo Miguel Ángel este sujeto engaña y utiliza a las personas, incluso a ti. Siempre he pensado que el no devolver una llamada o un mensaje dice bastante de la educación y catadura del individuo.
Pero tuviste la oportunidad y mirando a cámara se lo dijiste muy claro, que lo mejor en este momento para España es la repetición electoral y que aunque la mentira es más habitual de lo deseado en política lo que no se puede es mentir tan descaradamente y en un asunto tan grave como es el pretender una amnistía cuando en repetidas ocasiones y en campaña no se ha planteado ni por asomo.

España quiere una repetición electoral pero Sánchez no, y Puigdemont tampoco.

Para Puigdemont es la oportunidad que esperaba y que ni en sus mejores sueños esperaba, poder volver con honores de jefe de Estado al Prat. Y lo que digo no es ninguna tontería viendo como corren los tiempos y están pinados los bolos, más pronto que tarde veremos al delincuente Puigdemont llegar a España, a Cataluña, a ocupar el sillón de la Casa dels Canonges con la ayuda impagable de Sánchez.

Revilla mantuvo el tipo, mantiene su especial ADN, su idiosincracia con cargo y sin cargo, sigue siendo Revilla. Genio y figura.

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