Los pactos de Sánchez, y la República Federal

Que hay que ponerse de acuerdo en cualquier cuestión que nos afecte, sí, es absolutamente necesario, nadie lo pone en duda, y  que estamos inmersos  y  vamos a vivir una crisis económica impresionante  es más que una evidencia, es una realidad y no necesita demostración. El que se quiera reeditar el espíritu de los Pactos de la Moncloa  del 27 octubre 1977 queda muy bonito como invocación pero todo en la vida tiene su época, su momento, y no estamos en 1977 sino en 2020.

El espíritu de aquella época de la post dictadura, de caminar juntos y olvidar el Régimen no existe en la actualidad, tenemos 17 estados autónomos prácticamente independientes y sin ningún ánimo de ir juntos, y por otro lado, no se dispone de materia prima, de las personas capaces para poder hablar, dialogar y llegar a acuerdos. De esto último, estamos huérfanos. 

No existe ese espíritu del 1977, y tampoco tenemos aquellos líderes.

Pero todos estamos de acuerdo en que algo habrá que hacer. Si estos políticos han evidenciado hasta ahora un grado de incapacidad absoluta habrá que buscar unas personas independientes que puedan superar la incapacidad de diálogo y de desintelectualismo económico para sacar a este país adelante.

Partimos de un principio que todos conocemos, la ley no se cumple totalmente cuando se enfrenta con la política,  los políticos cuando infringen la ley disponen de un fuero especial hasta para enjuiciarles y después si se produce una sentencia condenatoria y hay que cumplirla, se cumple pero de forma muy laxa, y con esa maleta en que se conculca la legalidad no se puede ir muy lejos. Naturalmente que me refiero al caso catalán y también al vasco. 

Lo primero que procede sería, visto los antecedentes  anteriores, ponerse de acuerdo y nombrar un presidente entre todas las fuerzas políticas que reúna la equidistancia entre todas las partes ¿Que es una quimera? totalmente de acuerdo, pero las quimeras a veces se pueden dar en la vida, todos estamos de acuerdo que con lo que hay, poco podemos hacer, salvo encaminarnos al desastre de los desastres.

Unas elecciones con la Ley electoral actual, que no se ha cambiado porque los políticos no quieren para mantenerse en el status quo de privilegio, sería reproducir los resultados electorales últimos.

Hace falta un sistema electoral que no sea alambicado ni menos como el actual que está para perpetuarse los que están salvo que salga un líder lo suficientemente fuerte que le dejen hablar y no se desmorone por el camino. El tablero está muy abierto y hay que mover ficha aunque sea el intento de acudir a unos pactos para intentarlo, pero no nos confundamos serán los Pactos de Sánchez y no de la Moncloa.

Y final, a muchos nos entran dudas, y si Pedro Sánchez, poco fiable de lo que dice y de lo que hace, ésta petición de Pactos no es otra cosa que un subterfugio para ir a una República, que está bien, legítimo, pero hay que decirlo, anunciarlo y preguntar a los ciudadanos.

Porque si quiere pactar un crecimiento sería más conveniente acudir a cinco prestigiosos catedráticos de economía para que redactaran un Plan quinquenal, se me ocurre, o un libro Blanco de la Economía porque con los lumbreras que tiene en el gobierno no pasan, de aprobar una renta básica y vitalicia para que la paguen otros.

Todo menos marear la perdiz.