La resaca juancarlista, y el Rey JUAN CARLOS. Por Carlos Magdalena

Pues no ha sido para tanto la llegada de fin de semana del rey  Juan Carlos a su país. Regocijo popular, bienvenidas sentidas al que ha sido jefe de Estado desde 1975 a 2014, 39 años con luces y sombras. Hacía dos años que no venía por España y había expectación pero lo cierto es que cuando venga un par de veces este verano al final se olvidarán todos de él y se tomará como algo habitual, incluidos comunistas e independentistas.  

La ultra izquierda que gobierna España ha estado casi callada, muy testimonial, salvo 4 o 5 improperios, insultos, que han vertido contra el Rey Juan Carlos. Y ¿por qué  ha estado callada? pues porque, listilla ella, considera que no es el momento de apretar las tuercas por si acaso las poltronas en las que están sentados, gracias a Sánchez, se aflojan.

Soy de los que opinan que el que fue Rey de España tiene que estar y vivir  en su país y que obligarle a residir en el destierro es una putada típica del infantilismo y mediocridad política de los políticos que nos gobiernan, la peor clase política que jamás  España ha tenido. El Rey Juan Carlos es historia y como historia se le debe de tratar sin subjetividades ni interpretaciones salvo  repasando su jefatura del Estado desde la llegada de su reinado  y fundamentalmente valorando que  fue quien pilotó la transición democrática, porque tenía poderes, y que además paró el golpe de estado de los militares o de quiénes fuesen. Lo demás no es historia.

En este país no hay monárquicos ni republicanos y quitando a los vividores de los políticos la ciudadania solamente quiere paz, progreso y recuperar el estado de bienestar y con Sánchez  y sus comunistas e incompetentes compañeros como Garzón el del chuletón, Marlaska el piolin y Yolanda la amiga fuerte de Pedro "el guapo" también conocida como "la componendas", no vamos a ninguna parte salvo a la destrucción del país porque el país no se sostiene. Hace falta un cambio para recuperar la europeidad, no de boca como ahora sino de participación activa en decisiones  porque en la actualidad aparte de las formas tienen al gobierno de Sánchez de apestado los 26 de la UE y  EEUU. Hay que abandonar la desintelectualidad que nos   gobierna. La ultra izquierda   no quiere la monarquía y no sólo  no quiera a Juan Carlos sino que tampoco quiere a Felipe VI que no es sino la representación de Juan Carlos, su hijo, en joven.

El comportamiento de Felipe VI desde el silencio, escondiéndose  o poniéndose de lado de manera excesiva en algunas ocasiones marcando distancia con quien es su padre puede quedar bien con el comunismo e independentismo.No podemos olvidar que se ha dejado oír  al otro socialismo de toda la vida representado en este caso por García-Page, un verso suelto y valiente, que  dice respetar a los que critican al rey emérito pero advierte:

"Hay una diferencia enorme entre criticar y cebarse"

Y continúa: "Juan Carlos I pudiendo merecer critica, lo que no merece es ensañamiento". Y añade García-Page  que tampoco va a "seguirle el juego" a aquellos que "utilizan" este problema no tanto para atacar a la figura del Rey Juan Carlos como a la institución monárquica.

La postura en tierra de nadie de Felipe VI lo define negativamente y siguiendo por ese camino su paso por la  jefatura del Estado será efímera, tiene que asumir riesgos, saber y ejercer de quien es, definirse y con todas las consecuencias. Su padre abdicó en 2014, se retiró de la vida pública y andar escondiendo la relación parental es lo peor que puede hacer porque esta jugando entre enemigos.

Juan Carlos tiene que vivir en España, su PAÍS, si él quiere, que quiere, y dejarle tranquilo sus últimos años porque nadie le exculpa de sus errores, solo quiere vivir y tiene ilusión de hacerlo a sus 84 años.