El Rey pide diálogo. ¿Para qué? Carlos Magdalena Menchaca
En un discurso muy ajustado a los tiempos, toca todos los palos que estamos viviendo los españoles desde dentro y mirando hacia fuera. Lo que no refleja es la realidad de la vida de los españoles, olvida lo más importante, lo que está pasando en España, la corrupción piramidal que afecta a la vida de todos y cada uno de los ciudadanos de este país sumido en las corruptelas.
En un discurso muy ajustado a los tiempos, toca todos los palos que estamos viviendo los españoles desde dentro y mirando hacia fuera. Lo que no refleja es la realidad de la vida de los españoles, olvida lo más importante, lo que está pasando en España, la corrupción piramidal que afecta a la vida de todos y cada uno de los ciudadanos de este país sumido en las corruptelas. Una corrupción que va desde el presidente Sánchez, nombrando ex ministros para que ocupen el Tribunal Constitucional y avalen sus decisiones, hasta exministros tocados por la corrupción, pasando por los chanchullos de su propia mujer y hermano y las dudas sobre importantes cargos del Gobierno.
Es muy difícil que con ese discurso se ofenda nadie porque no entra en lo fundamental, es lo habitual en estas fechas en que su Majestad se dirige a la nación, nos referimos a los discursos light y pasando de puntillas por todos los temas.
La difícil convivencia que tienen los españoles por culpa de los políticos y sus fechorías viendo quien consigue más para los suyos y llevándonos a los ciudadanos a enfrentamientos que deberían resolver ellos porque las instituciones no funcionan o porque son ocupadas por el poder político que ha perdido las elecciones, pero que se ha unido a otros minúsculos partidos para que la mayoría de los españoles no tengan voz es nuestra realidad que afecta a las decisiones que rigen nuestro día a día.
Para que este país funcione hay que buscar concordia como pide el Rey pero esa concordia no se puede conseguir si no se producen una elecciones en libertad para que pueda gobernar el partido que gana las elecciones y no el que pierde y se une a otros minoritarios partidos que quieren destruir la nación española. Es incomprensible.
No dice el Rey que el señor Sánchez esté gobernando a base de hacer entregas, transferencias de la soberanía popular, sin consultar a la mayoría de la ciudadanía que es el pueblo español. Qué el Sr. Sánchez cumple la normativa y la legalidad para mantenerse en el poder, sí, pero lo hace de forma torticera, sin escrúpulos.
Hay que respetar la Constitución de 1978 que hace aguas por todas partes y fundamentalmente porque a pesar de lo que dice el Don Felipe, España ya no es una nación. Lleva camino de que unas Comunidades tengan una independencia de iure como la tienen ahora de facto, y lo que es más importante la solidaridad ha desaparecido con las descentralizaciones o ?independencias a la carta?.
Seamos realistas, a pesar del discurso del Rey y su redacción bien vertebrada y ajustada pienso que va dirigido a otra sociedad que no es la real española.
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Comentarios(1):
Por no tener no tiene ni un pequeño nacimiento el "arbolon"