De tocar el cielo a despedir a los trabajadores. Carlos Magdalena

Pero transcurrido el tiempo, PODEMOS se fue enquistando en la divinización de su líder, el de la coleta, y desviándose de sus buenas intenciones de sus inicios, en su polémico casoplón, en sus colaboraciones o puestos de trabajo millonarios, en sus amiguismos, en definitiva fue devorado por aquello que tanto atacaba, por el capitalismo. Pasado un tiempo y llegado el señor Sánchez todavía Iglesias tuvo un último respiro, el pacto con Sánchez y en lugar de quedarse hasta el final decidió marcharse, falló su estrategia al ausentarse del Gobierno y meter a una comunista como es Yolanda Díaz. Ese fue su gran error y la decadencia y posterior extinción de PODEMOS como se demuestra con el cierre de sus sedes sociales por España.

Como buena comunista Yolanda Díaz ha tirado para sí, para los suyos, ha explotado hasta sus últimas consecuencias su estancia en el Gobierno de Sánchez y ha sido potenciado esa cuota de comunismo, que siempre este país ha tenido, a través del socialismo-sanchismo del señor Pedro Sánchez.

Finalmente se han celebrado elecciones y nuevamente el comunismo no se ha caído porque ha sacado la patita, sus votos y su cuota a través de la cara bonita de Yolanda Díaz. Y nada más, el trayecto de PODEMOS se finiquita y la cuota comunista vuelve a tener su cuota pero en esta ocasión es la que sustenta al gobierno socialista. Una pena que en pleno siglo XXI de las transformaciones, de la inteligencia artificial, del mundo digital, el socialismo mira hacia atrás, retrocede, y se alía otra vez con el comunismo que siempre ha sido su perdición. Lean la historia y no me digan que no se alía el socialismo con el comunismo sino el sanchismo, no me digan esa milonga, porque el PSOE lo permiten.