El catedrático Julián Casanova defiende que "no hay conocimiento sin lectura crítica"
Dirige en la UIMP el `XXIII Aula de Verano Ortega y Gasset`
SANTANDER, 12 (EUROPA PRESS)
El catedrático de Historia Contemporánea Julián Casanova ha defendido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander que "no hay conocimiento sin lectura crítica, ya que no se trata únicamente de leer, sino de buscar las huellas que los científicos han manifestado y difundido".
En ese sentido, ha destacado la necesidad de establecer un "pensamiento analítico" y, en cuanto a los expertos, de tener la capacidad de comunicar con precisión. "Si los científicos no comunicamos con precisión, somos ajenos al mundo que nos rodea", ha dicho este lunes durante la inauguración del 'XXIII Aula de Verano Ortega y Gasset. Iniciación a la Universidad', que dirige el propio Casanova.
Se trata de un curso enfocado a los estudiantes con los mejores expedientes en Bachillerato o Formación Profesional Superior que comenzarán sus estudios universitarios el próximo curso, y que han accedido a este seminario de la UIMP mediante una beca por sus calificaciones.
Durante la jornada de este lunes, Casanova ha abundado en la Europa del siglo XX, en la que ha señalado las guerras como "un punto de inflexión importantísimo" y ha enumerado tres aspectos que marcaron el pulso bélico del continente: "el avance tecnológico en la forma de matar; el surgimiento de la idea del nacionalismo basada en la homogeneidad cultural, étnica y religiosa; y la destrucción a través del enfrentamiento entre clases".
"PATRIMONIO INCÓMODO"
También ha participado la catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza Ascensión Hernández Martínez, quien ha analizado el concepto de "patrimonio incómodo" y su relevancia en el siglo XXI desde una perspectiva centrada en la forma en la que las huellas de los conflictos bélicos y las dictaduras "son gestionadas y entendidas en el presente".
Según ha explicado, el concepto emergente del 'patrimonio incómodo' apareció en 1996 y se relaciona con los lugares que "producen una incomodidad tremenda en el visitante". "Es un lugar que nos conmueve y apunta al conflicto como situación clave", ha explicado.
Hernández Martínez ha abordado la importancia de conservar este patrimonio a pesar de su carácter "sucio, conflictivo y doloroso", porque su valor reside en la capacidad de estos sitios para servir como "testigos preciados de la historia".
Eso sí, ha abogado por gestionar este 'patrimonio incómodo' para "no glorificar el pasado, sino para ofrecer una oportunidad para generar reflexión y entendimiento que fomente una sociedad más consciente y democrática". "Conservar estos restos puede servir para generar ciudadanía y fortalecer la democracia", ha opinado.
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