Rechazará Iglesias, el de la coleta, ahora vicepresidente, las donaciones de mascarillas y buzos de Amancio Ortega

En esta vida es muy difícil renunciar a lo que eres y, es por ello, que el señor Iglesias, que ahora es vicepresidente en virtud de un pacto electoral para que Sánchez pueda seguir gobernando, se puede encontrar en la encrucijada de tener que callar para seguir comiendo ahora la sopa boba a costa de todos los españoles.

 No hace tiempo este hombre, ahora con uniforme de vicepresidente, osó porque es un osado, a fuer de  ser benévolo, de considerar las donaciones de robots y de instrumental médico por parte de Amancio Ortega una limosna. Ahora tendrá que  dar las gracias a este filántropo, empresario y benefactor que en vez de esconderse en su mansión da la cara y se acuerda de los ciudadanos de todos los ciudadanos de España no solamente de los gallegos.

El señor Iglesias el de la coleta, si tuviera dignidad, que lo dudo, lo que tenía que hacer ahora era dimitir porque para lo que hace en el gobierno mejor es que se vaya a su mansión de Galapagar.

Cada uno es lo que es por más que en determinado momento de la vida se quiera vestir de lo que no es.