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Sanidad Cantabria 25-10-2024 13:45

Investigan una `miniproteína` que dirige dosis de radiación directamente a ciertos los tumores sin dañar el tejido sano

Investigadores del Departamento de Medicina Nuclear en la Universidad de Pretoria y en el Hospital Académico Steve Biko, en Sudáfrica, han logrado demostrar que una nueva `miniproteína`, un radiofármaco, podía dirigirse específicamente a las células cancerosas sin afectar los tejidos sanos en varios tipos de tumores.

El estudio presentado el viernes en el 36º Simposio EORTC-NCI-AACR sobre Objetivos Moleculares y Terapéuticos contra el Cáncer en Barcelona, y está dirigida por Mike Sathekge, jefe del Departamento de Medicina Nuclear en la Universidad de Pretoria.

La `miniproteína` tiene un diseño especial con el que se consigue administrar una dosis de radiación directamente a células tumorales que expresan una proteína en sus superficies llamada Nectin-4. Esta proteína está presente en diferentes tipos de cáncer.

"Esta es la primera vez que se utiliza una tecnología completamente nueva para radiación dirigida. Una pequeña proteína diseñada para localizar otra proteína que expresan muchos cánceres, Nectin-4, fue utilizada para llevar radiación directamente al tumor", señala el investigador.

La miniproteína, llamada AKY-1189, es el primer compuesto diseñado para administrar una dosis terapéutica de Actinio-225, un elemento radiactivo, al dirigirse específicamente a Nectin-4. Esta es una proteína que se encuentra en las membranas celulares y está sobreexpresada en hasta el 90% de los pacientes con diferentes tumores sólidos, incluidos cánceres de vejiga, mama, pulmón, cabeza y cuello, cérvix e intestino.

"Queríamos cubrir la necesidad de pacientes cuyo cáncer ha crecido más allá de su sitio de origen o se ha diseminado a otras partes del cuerpo y que ha continuado progresando a pesar del tratamiento estándar", añade Sathekge.

Con la autorización de la Autoridad Reguladora de Productos de Salud de Sudáfrica (SAHPRA), los investigadores administraron AKY-1189 bajo la Sección 21 a 20 pacientes en la Infraestructura de Investigación en Medicina Nuclear (NuMeRi). De ellos, nueve tenían cáncer de vejiga metastásico; tres, cáncer de mama metastásico; tres, cáncer cervical; dos, cáncer colorrectal y otros tres; cáncer de pulmón de células no pequeñas.

Los pacientes recibieron una única inyección de AKY-1189, una cantidad usada en la imagenología rutinaria con radiofármacos. Se les escaneó a la una, dos y tres horas de recibir la inyección usando tomografía por emisión de positrones y tomografía computarizada (PET-CT) para evaluar cómo el medicamento había dirigido a los tumores y cuánto de la dosis habían absorbido.

Para comprender la dosis a lo largo del tiempo esperada con Ac-AKY-1189 en tumores y órganos, especialmente los riñones y el cuerpo entero, los investigadores inyectaron AKY-1189 en nueve pacientes y los escanearon a las tres horas, 24 y 48 horas utilizando tomografía computarizada por emisión de un solo fotón (SPECT-CT). Hasta ahora, se ha analizado la distribución del medicamento en el cuerpo en 15 pacientes y cómo fue absorbido por los tumores. Ocho pacientes fueron evaluados para prever si podría haber algún efecto en los riñones cuando se administre actinio en el futuro.

AKY-1189 no tuvo efectos adversos, ni siquiera en la piel. Las glándulas salivales mostraron una absorción transitoria pero sin exposición significativa a radiación. Se observó una captación de radiación en los riñones, aunque en un nivel que sugiere que los pacientes pueden recibir de manera segura una serie completa de dosis.

Las imágenes mostraron una absorción significativa de radiación en varios tipos de cáncer, mientras que en los tejidos normales la radiación desapareció rápidamente.

"Lo que hemos llevado a cabo no ha sido un ensayo clínico, por lo que aún no hemos recopilado datos sobre la respuesta del cáncer al tratamiento, pero esos estudios ya están en curso. Sin embargo, sí obtuvimos información importante no solo para los pacientes específicos, sino también sobre el potencial de AKY-1189 para pacientes futuros", señala el investigador.

"Lo más importante que hemos aprendido es que el medicamento es absorbido por distintos tipos de tumores y, como tal, tiene un gran potencial para tratarlos. También, y esto es clave, vimos que el medicamento no se acumula en el tejido normal, por lo que podría ser seguro para múltiples administraciones para maximizar el impacto del tratamiento", añade.

Estos datos sientan las bases para una investigación clínica adicional en cáncer de vejiga metastásico y otros tumores con el objetivo Nectin-4. "Estamos abriendo un estudio en nuestro instituto en NuMeRi en Pretoria, para pacientes con cáncer de mama, pulmón, colorrectal, cervical y de vejiga metastásicos. La empresa que desarrolló AKY-1189, Aktis, también está preparando su estudio en EEUU", apunta el investigador.

 

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