España suma 56 casos y cinco muertes por fiebre del Nilo Occidental en 2024, el segundo peor año desde que hay registros
España ha notificado un total de 56 casos de fiebre del Nilo Occidental en lo que va de 2024 --9 en Extremadura y el resto en Andalucía-- y un total de cinco muertes, todas ellas en la provincia de Sevilla, según datos del Ministerio de Sanidad, de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía y de la Consejería de Salud y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, recopilados por Europa Press.
Esta cifra supera en 34 el número de casos notificados en todo 2023 (21) y se acerca a la cifra de 2020, el peor año desde que comenzaron los registros en 2010, con 77 casos y 8 muertes, según se recoge en la segunda parte del informe `Plan de vigilancia, prevención y control de las enfermedades transmitidas por vectores` del Ministerio de Sanidad.
El último informe de Sanidad sobre la enfermedad, con fecha de 23 de agosto de 2024, registró un total de 35 casos en lo que va de año. A la espera de una nueva actualización, la Consejería de Salud de Andalucía ha notificado 18 nuevos infectados y la de Extremadura hasta tres en las últimas dos semanas.
De hecho, el último caso notificado por Extremadura ha tenido lugar este mismo martes. Se trata de un hombre de 71 años que se encuentra ingresado en Hospital de Don Benito-Villanueva. Con este nuevo caso, el número total de hospitalizados es de siete en esta comunidad. Los otros seis son: un hombre de 60 años, que continúa ingresado en la UCI del Hospital Universitario de Badajoz; dos hombres de 74 y 66 años ingresados en la UCI del Complejo Hospitalario Universitario de la capital cacereña; y un varón de 64 años y dos mujeres de 56 y 80 años que permanecen en el Hospital de Don Benito-Villanueva de la Serena. Se han producido dos altas, un varón de 65 años y una mujer de 47 años.
Por su parte, este pasado lunes la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía contabilizó diez nuevos casos en solo una semana, todos ellos en la provincia de Sevilla, concretamente en dos personas de Dos Hermanas, cuatro de Coria del Río, dos de Los Palacios y Villafranca, una persona de Gerena y otra de Carmona, municipios estos dos últimos que se incorporan a la problemática.
En cuanto a los fallecimientos, Andalucía ha detallado que se trata de dos personas de Coria del Río, una de ellas de 71 años de edad; una mujer de 71 años vecina de Dos Hermanas y con patologías previas; una anciana de 86 años infectada en La Puebla del Río y otra anciana más de 87 años de edad y con patologías previas vecina de Coria del Río.
El primer caso notificado en España este año se produjo en abril, también en Sevilla, con un paciente que comenzó a desarrollar síntomas en marzo. Así, el número de casos positivos es más elevado con toda seguridad, ya que, en la mayoría de las ocasiones, esta enfermedad cursa sin síntomas (80% de los casos) o como un cuadro gripal por el que los pacientes no acuden al médico.
De hecho, de los 21 casos detectados en 2023, cinco se diagnosticaron porque eran personas donantes de sangre que desconocían estar infectadas, según informaron fuentes del Ministerio de Sanidad en el pasado mes de junio, en el marco de la presentación de la tercera parte de su `Plan de vigilancia, prevención y control de las enfermedades transmitidas por vectores`.
POR QUÉ SE TRANSMITE LA ENFERMEDAD
La infección por el virus del Nilo Occidental es una zoonosis transmitida por mosquitos del género `Culex` y afecta a países del sur, este y oeste de Europa. El virus se transmite entre las aves a través de la picadura de mosquitos infectados, siendo este su ciclo natural.
Los humanos y otros mamíferos como los caballos pueden infectarse de forma colateral, sin que desde ellos se produzcan nuevas transmisiones. No existe tratamiento específico ni vacuna y las principales medidas de prevención son la gestión integrada del vector y evitar las picaduras.
En humanos, el período de incubación va de 2 a 14 días, aunque en inmunodeprimidos puede ser de hasta 21 días. En caso de producirse manifestaciones clínicas, estas pueden ser variadas, desde fiebre y mialgias hasta manifestaciones neurológicas graves. Estas últimas se producen en menos del 1 por ciento de los infectados y pueden cursar con meningitis, encefalitis y/o parálisis flácida aguda.
La encefalitis es más frecuente que la meningitis. La parálisis flácida aguda es una presentación relativamente frecuente en personas jóvenes sanas. Puede haber afectación digestiva, y se han descrito, aunque con poca frecuencia, miocarditis, pancreatitis y hepatitis fulminante.
Según Sanidad, alrededor de un 10 por ciento de las formas neurológicas pueden ser mortales, con mayor riesgo a mayor edad, en hombres, receptores de órgano sólido, si existe consumo excesivo de alcohol y quienes padecen diabetes, enfermedad renal crónica, enfermedad cardiovascular, hipertensión, cáncer o inmunosupresión. El riesgo de secuelas existe en el 30-60 por ciento de los casos con manifestaciones neurológicas.
Sin embargo, reiteran que la enfermedad podría cursar con una meningoconcefalitis "en una minoría muy pequeña". "Por cada caso conocido de virus del Nilo Occidental, hay 100 que no se conocen", detallaron estas mismas fuentes en el mes de junio.
ENFERMEDAD ENDÉMICA
España presenta en la actualidad una situación endémica de la enfermedad debido a que reúne unas condiciones favorables para el mantenimiento y la circulación del virus, como son la gran variedad de posibles reservorios, la proximidad a zonas endémicas como África, las características ecológicas y climáticas, las rutas migratorias de aves procedentes de áreas afectadas y la presencia de vectores competentes ampliamente difundidos por la geografía española.
Todo ello hace que, en la época de riesgo, época de actividad del vector, se puedan dar brotes tanto en animales como en personas en diversas zonas de la península que cuentan con las condiciones idóneas --grandes poblaciones de mosquitos, pequeñas áreas urbanas en entornos agrícolas o naturales y explotaciones de équidos, entre otros--.
El riesgo se considera mayor en las áreas geográficas en las que se ha detectado la presencia del virus, ya sea mediante estudios de investigación independientes o mediante los sistemas de vigilancia animal, humana o entomológica.
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