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Sanidad Cantabria 25-04-2025 14:00

El ADN del cordón umbilical podría predecir futuras enfermedades, según un estudio

Un nuevo estudio en el que ha participado la Universidad de Duke (EEUU) revela que los cambios en el ADN de la sangre del cordón umbilical podrían ofrecer pistas tempranas sobre los lactantes con mayor riesgo de padecer problemas de salud a largo plazo, como diabetes, accidentes cerebrovasculares y enfermedades hepáticas, lo que abriría la puerta a intervenciones más tempranas que podrían salvar vidas.

"Cada vez vemos que los niños desarrollan problemas metabólicos más temprano, lo que los pone en mayor riesgo de complicaciones graves en la edad adulta. Si podemos identificar ese riesgo al nacer, quizá podamos prevenirlo", ha indicado el autor principal del estudio Ashley Jowell, médico residente de medicina interna en el Sistema de Salud de la Universidad de Duke.

Los investigadores, que presentarán los datos del estudio en la 'Digestive Disease Week 2025' (DDW), utilizaron una nueva herramienta genética para analizar la sangre del cordón umbilical de 38 niños inscritos en el 'Newborn Epigenetics Study', un estudio de cohortes de nacimiento a largo plazo con sede en Carolina del Norte (EEUU).

Buscaron cambios en las etiquetas químicas (grupos metilo) del ADN de los niños que activan o desactivan genes. Cuando estos cambios se producen en partes críticas del ADN, denominadas regiones de control de la impronta, sus efectos pueden persistir durante el desarrollo fetal y en etapas posteriores de la vida.

El equipo comparó los cambios en el ADN con datos de salud recogidos cuando los niños tenían entre 7 y 12 años, como el índice de masa corporal, la grasa hepática, un indicador de inflamación o daño hepático conocido como alanina transaminasa (ALT), los niveles de triglicéridos, la presión arterial y la relación cintura-cadera.

Identificaron múltiples regiones de ADN alterado asociadas a disfunciones metabólicas posteriores en la infancia. Los cambios en un gen llamado TNS3 se relacionaron con la grasa hepática, la ALT y la proporción cintura-cadera, mientras que las alteraciones en otros, incluidos GNAS y CSMD1, se relacionaron con la presión arterial, la proporción cintura-cadera y la ALT.

"Estas señales epigenéticas se establecen durante el desarrollo embrionario y pueden verse influidas por factores ambientales como la nutrición o la salud materna durante el embarazo", afirma la coautora Cynthia Moylan, doctora y profesora asociada de medicina de la división de gastroenterología del Sistema de Salud de la Universidad de Duke.

SE NECESITA MÁS INVESTIGACIÓN

"Si se valida en estudios más amplios, esto podría abrir la puerta a nuevas herramientas de detección e intervenciones tempranas para los niños en situación de riesgo", ha agregado Moylan.

Aunque el tamaño de la muestra era pequeño, los investigadores afirman que los resultados son prometedores y justifican una mayor investigación. Ya se ha puesto en marcha un estudio de seguimiento más amplio financiado por el Instituto Nacional de Salud de EEUU.

Los resultados actuales no sugieren una relación directa de causa-efecto entre los cambios genéticos y la enfermedad, sino que ponen de relieve una posible vía biológica para futuras investigaciones.

"El hecho de nacer con estos marcadores no significa que la enfermedad sea inevitable. Pero conocer el riesgo en etapas más tempranas de la vida podría ayudar a las familias y a los médicos a tomar medidas proactivas para favorecer la salud del niño a largo plazo", concluye Jowell.

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