¿Otra vez lo del AVE? No, gracias.

Entre los primeros comentarios generalmente escuchados, tras el nombramiento estaba el de que a ver si ahora Santander conseguía el AVE. Lo cierto es que en los años de alegría previos a la gran catástrofe económica que padecemos, parecía que todo era bueno para la viña del señor. Ni aquí ni en ningún otro sitio se analizaba muy en serio las ventajas y desventajas que una infraestructura tan costosa ofrecía a los ciudadanos. En los años posteriores, durante lo que ya se llama la Gran Recesión, no hay prácticamente un analista que defienda aquel disparate colectivo consistente en construir miles de kilómetros de líneas de AVE, decenas de aeropuertos que no se usan, todo tipo de palacios administrativos y de congresos que han costado un dineral y una enorme desviación sobre el presupuesto inicial que están en memoria de todos y en los juzgados la mayoría.

Hay unas reglas generales del comercio que siempre desde tiempo inmemorial, han sido las mismas. Consistía en que los carros, las caballerías o los barcos siempre tenían que ir cargados de mercancía en las dos direcciones. En la de ida y en la de vuelta. El animoso grito que todos conocemos de “alirón “alirón” tiene su origen en las minas de hierro vizcaínas, en las que cuando se encontraba una beta de metal el grito de alegría porque había trabajo y dinero era “hay airón”. Hay hierro. El desarrollo de la burguesía vasca vinculada a los altos hornos, lo mismo que el de la burguesía asturiana, tiene su origen en los barcos que iban cargados de hierro a Asturias o Inglaterra, y volvían cargados de carbón a Vizcaya. Ahora se llama logística. Digo esto porque las defensas a ultranza que se han hecho del AVE a Santander nunca se ha partido de este concepto de logística. De que el tren tiene que ir lleno en las dos direcciones, pero no lleno por que vengan los mismos que se han ido, sino que tiene que haber un flujo de población en una y otra dirección. Ese flujo hoy no existe y no hay porque pensar que por el hecho de haber un AVE ese flujo va a cambiar. El AVE sólo servirá para trasladar capital humano de Cantabria a Madrid, pero nunca en dirección contraria. Que ningún profesional o industrial de aquí piense que van a venir de Madrid a contratarlo para trabajar allí. Lo contrario será lo más probable. Ni siquiera seremos ciudad dormitorio porque la distancia no lo compensa, las ciudades dormitorio se harán en todo caso en la llanura castellana.

Hay otra forma de analizar el problema, que es el de los flujos de población susceptibles de utilizar el AVE, para ello habría que partir de cuál es el que existe, y que cupo del mismo captaría dicho ferrocarril. Evidentemente la conexión aérea debe mantenerse por qué en Barajas es donde se encuentran las conexiones con el resto de España y el mundo. Con independencia de ello continuarían vivos los otros sistemas de transporte que la generalidad de la población utiliza, autobús, vehículo particular y mucho más hoy con los sistemas de transporte colectivo tipo blablacar, así como el tren ordinario, pues no podemos olvidar que el ave no es una línea de metro con parada en todas las estaciones. Sabemos que el coste del billete si se efectúa al precio del coste real del servicio, aun cuando no se le repercuta el coste de construcción de las infraestructuras, es un precio inasumible para la mayoría de la población. Dicho, en otros términos, cuando hablamos de construir el AVE a Santander, hablamos de construir una infraestructura de un altísimo coste, en un país que tiene una altísima deuda, derivada entre otros motivos de disparates como este, realizados a lo largo de los primeros años de lo que llevamos de siglo y que solo se va a utilizar si se subvenciona el billete.

No digo con esto, que no debamos exigir una mejora en las comunicaciones ferroviarias para uso de las personas y especialmente para el flujo de las mercancías en donde estamos verdaderamente subdesarrollados, pero tiene que hacerse bajo los parámetros de la auténtica necesidad social.

Yo no sé las cifras exactas de la movilidad diaria de las personas en Cantabria. Pero las autoridades estoy seguro que si la saben y si no la saben deberían saberla. Sólo con el conocimiento de cómo es nuestra movilidad y que proyección de futuro tiene debemos volcarnos en unas u otras decisiones a la hora del desarrollo de nuestras infraestructuras. La inmensa mayoría de los cántabros no va a Madrid. Una o dos veces en la vida por lo de bodas y partidos de fútbol. Pero varias decenas de miles viajan diariamente entre Torrelavega y Santander. Lo mismo que varias decenas de miles viajan diariamente entre Cantabria y Bilbao. La noticia habitual en fines de semana, puentes y vacaciones son los atascos en numerosos puntos de nuestra red viaria. Y si eso es así esas son las necesidades que se deben atender y resolver. El desdoblamiento de la autovía Santander Torrelavega y algunos de los tramos Cantabria Bilbao es mucho más importante para la inmensa mayoría de los ciudadanos. No nos engañemos y digamos las cosas por su nombre. Viajan más personas entre Santander y Torrelavega en una semana, que entre Santander y Madrid en un año. Quien piense que el AVE es para hacer turismo, creo que está equivocado. Una infraestructura tan costosa no es para que media docena de familias acomodadas de Madrid vengan a bañarse al sardinero con el billete subvencionado. El AVE está concebido para que personas de alta cualificación profesional ahorren tiempo y además vayan trabajando en el tren. El beneficio social consiste en esa extraordinaria liberación de tiempo, es un medio previsto para el desplazamiento del capital humano más cualificado y el beneficio que sacamos los demás es que no pierda el tiempo, pero sólo merece la pena cuando la utilización es muy elevada. Un ejemplo en España es el AVE Madrid Barcelona que de alguna manera ha sustituido al puente aéreo, según las cifras que se publican más o menos el 50%. En todo caso cumple su finalidad va lleno las dos direcciones y equilibra los flujos de dos ciudades con enorme potencial. Ninguna pierde, no hay trafico desigual requisito indispensable cuando se toman algún tipo de decisiones, que no sean exclusivamente en beneficio de un grupo social determinado, ya sea una ciudad, región o clase social. Debemos tener meridianamente claro que la alta velocidad solamente la utiliza de forma habitual un grupo social determinado y no debe recaer su gasto coste y mantenimiento en la sociedad que no se va a beneficiar y se va a ver perjudicada porque sus auténticas necesidades no van a ser atendidas. Ya sé que hay quien piensa que esto se financia con deuda, y que la deuda no hay que pagarla, pero yo ese día  no fui a clase.