Los "indignados" sólo son la punta del icebergs de la crisis de este país.

En efecto una gran mayoría de ciudadanos de este país  nos indignamos todos los días de forma educada y los políticos se encaran con nosotros y no adoptan las medidas que todos deseamos para salir de un estado generalizado de desilusión que nos embarga  cuando acudimos a nuestros respectivos trabajos.
 No es de recibo la forma de gobernar que se está haciendo en este país. Lo que apuntamos en este digital ecológico en las ideas no es otra cosa que  la posibilidad de que Zapatero se pueda sentar en el banquillo, afirmación nada baladí. Solamente nos hacemos eco  de lo que le está ocurriendo al ex presidente de Islandia, la posibilidad de que, no los educados, sino los indignados  sienten en el banquillo al presidente Zapatero.

No se puede seguir en un desgobierno por más tiempo ni mucho menos  mentir a los ciudadanos. Este país necesita ser gobernado, enderezar el rumbo, precisa de un capitán y no es Zapatero.

La  violencia que se ha empleado por parte de los antidisturbios en Valencia creemos que ha sido improcedente y desafortunada. Incluso se ha llegado a decir en las redes sociales que se emplea la fuerza con diferente vara de medir, en Madrid nada y en Valencia a palos. Mal
 En un país civilizado en el que una gran mayoría estamos de acuerdo, si no totalmente en la forma pero si en el fondo con las reclamaciones de estos jóvenes y menos jóvenes, no se puede apalear  las ideas  ni pisotearlas ni mucho menos ignorarlas.

 Lo que está haciendo la clase política, y concretamente la socialista gobernante, es una huida hacia adelante sin saber a qué metas ni qué objetivos van a llegar o quieren alcanzar. El PSOE ha perdido el norte y se encuentra desestructurado.
Lo ocurrido en Valencia es reprobable, porque la violencia no debe de ser usada salvo de forma excepcional, ni menos en la forma tan desafortunada en que se ha empleado. La violencia no puede ser un común denominador. Hay que saber escuchar, hay que debatir y buscar soluciones. Sólo podemos decir lo que subyace y no es otra cosa que lo que representan los indignados no es una espontaneidad sino algo más, desesperación, desilusión ante la falta de  respuestas de la clase gobernante que  mira a otra parte.
 Resulta indignante  la época  que estamos viviendo en que muchos ya empiezan a pasar hambre, que existe un paro generalizado que se está incrementando día a día, mientras  los políticos, la clase dominante socialista, está empeñada en la búsqueda de un sucesor de Zapatero, el gran error, tremendo error  que ha tenido este país en estos ocho años.
Recordemos que en Europa se está creciendo y el paro es la mitad que en el nuestro  mientras aquí la culpa la echan al ladrillazo. Ya está bien de mentir. Nosotros también decimos ¡basta ya¡ y en el Debate de la Nación cuando intervenga  “El Fugitivo de última hora” que ha hecho tanto daño al país no puede decir otra cosa  que el anuncio de elecciones anticipadas para después del verano