¿LIBERALES?

Es curioso, la opinión que a menudo tenemos de nosotros mismos y de nuestro entorno, no coincide con la que el entorno tiene de nosotros. Por ejemplo, en determinados estamentos sociales se considera de “buen tono” en su sentido más convencional, poner a parir a la princesa Leticia. E incluso confesar que se ha tenido conocimiento de un hecho inconfesable a través de una cuñada de la peluquera, que está magníficamente informada. Algunas, incluso presumen de saber toda la historia ginecológica de la susodicha. Y esas mismas personas suelen tener una excelente opinión de sí mismas.

También es pintoresco, como entre muchos, se considera de buen tono autodenominarse liberales y no de bragueta, que las leyes de divorcio ha dejado reducido a ese sector de la fauna ibérica al peligro de extinción. No, me refiero a esos que han venido con la nueva moda del neoliberalismo. Como algunos saben y todos debían saber, una de las esencias del liberalismo era la lucha contra las concesiones extractivas de las rentas y restrictivas de la competencia. Dicho de otra forma las concesiones a los nobles en detrimento de la libertad de industria y comercio. Hoy no es la nobleza como clase la beneficiaria, pues la antigua nobleza, sin perjuicio del poder de algunos de sus miembros, no es más que una casta con páginas reservadas en el auténtico BOE del corazón, o sea el Hola, al que venden el monopolio de sus exclusivas de embarazos, infidelidades, bodas y divorcios.

Hoy la antigua nobleza, ha sido sustituida por los enchufados de los partidos políticos, por supuesto no todos, pero son estos, los que copan todos los privilegios, concesiones y sinecuras, que antes se concedían por el rey, y hoy se conceden por los consejos de gobierno, alcaldías y demás autoridades administrativas. Hoy  al más tonto y al menos tonto, les hacen por igual cargos de libre disposición con sueldo de ministros. Hoy los “fijosdalgos” son los afiliados a un partido con buen padrino.

Estos días sale en la prensa la fiesta que montó la red Gurtell con motivo de la visita de un papa. Da la impresión de que montaron la visita para quedarse con la pasta, que fue un dineral de escándalo. Las concesiones reales del absolutismo de ayer, se corresponden con las concesiones a dedo, manipulación de ofertas, información privilegiada y tráfico de influencias de nuestro estado actual. Aquí hemos pasado de la sonrisa ante la picaresca al sonrojo ante la corrupción. Estos días está en la prensa uno de los macro negocio de los actuales pícaros, autodenominados liberales. Se llama Sanidad. La sociedad española estaba orgullosa de su sanidad pública, pero nuestra sanidad tiene un inconveniente, es una mina como la antigua de Potosí, y genera demasiadas tentaciones. Los neoliberales sanitarios no han creado un nuevo nicho de negocio, trabajo e inversión. Han descubierto una mina pública para privatizársela y repartírsela. Según informaciones publicadas en innumerables periódicos, que cualquiera puede encontrar en la red, algunos de las adjudicaciones de la frustrada (por ahora) privatización sanitaria madrileña (Rivera Salud, Capio) están participadas por las familias Rato, Cospedal, Lamela, que son las adjudicatarias de las privatizaciones y financiadas por Bankia (Caja Madrid), de las que casualmente han tenido el control a través de la Comunidad Madrileña. O sea, se ha utilizado el dinero de los madrileños y de todos los españoles (porque llevaron a la entidad al rescate), para sufragar entre otros dispendios la privatización, hoy frustrada de su sanidad…. .

 Si nuestros liberales auténticos levantaran la cabeza, morirían de infarto, no sé si en la pública o en la privatizada.

Jaracebo