Joaquín Cortés en el banquillo, todo por la pasta
La idea podría haber resultado todo un éxito, el bailarín prestaría su imagen y tendría que colaborar en los espectáculos del tablao, pero pasó el tiempo y en 2003 los empresarios argentinos optaron por denunciar al artista para reclamar el dinero que nunca llegaron a invertir.

Joaquín Cortés ya se ha sentado en el banquillo, sus ex socios argentinos le acusan de haberse apropiado de 600.000 euros que tendrían que haber ido destinados a abrir un local de flamenco. Sin embargo ese proyecto nunca llegó a tomar forma, ni siquiera se estrenó. Esas negociaciones se remontan a 2008 y el contencioso no sólo salpica al bailarín, también su hermana y el apoderado de su empresa Alfonso Durán están acusados de estafa y apropiación indebida.
La idea podría haber resultado todo un éxito, el bailarín prestaría su imagen y tendría que colaborar en los espectáculos del tablao, pero pasó el tiempo y en 2003 los empresarios argentinos optaron por denunciar al artista para reclamar el dinero que nunca llegaron a invertir.
La Fiscalía declaró que no había delito pero la acusación particular siguió adelante con el recurso. En marzo de 2010 Joaquín fue condenado a un año de cárcel por apropiación indebida, los cerca de 600.000 euros nunca aparecieron.
El pasado jueves Cortés se sentaba en el banquillo con su hermana y su ex apoderado Alfonso Durán. La expectación en la puerta de la Audiencia Provincial de Madrid, ante la llegada de Cortés, estaba asegurada, no escatimó seguridad a la hora de hacer su entrada en los juzgados y no borró la sonrisa de su rostro ni a la llegada ni a la salida. Se proclamó inocente delante del juez y no titubeó cuando pronunció las palabras en su defensa dentro de la sala: "Le repito que no sé nada. Yo como artista me dedico a bailar. Como artista necesito relacionarme y que me vean en eventos".
Si hay algo que no se puede negar es que Cortés ha llenado teatros a nivel mundial, ha sido y es una estrella del flamenco y ha llegado a atrapar al público en los últimos veinte años. Su andadura artística se remonta a su adolescencia, su talento le ha encumbrado y le ha reportado una gran fortuna que posiblemente no ha sabido administrar.
Su deuda con los empresarios argentinos no es lo único que le reclaman, el bailarín tiene que hacer frente a una deuda de más de un millón setecientos mil euros por impagos a la seguridad social y a la Hacienda Pública. Incluso los vecinos del piso que tiene en Madrid, en la zona de Tirso de Molina, le reclaman las cuotas de la comunidad y los gastos de calefacción y agua que ascienden a ochenta mil euros.
No resulta extraño preguntarnos: ¿Qué ha hecho Cortés con la fortuna amasada con su trabajo y con sus empresas?, toda una incógnita de la que sin duda alguna tendrá que rendirle buena cuenta al juez.
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