¿Hay salida?... Sí por la frontera

. El paro es nuestro principal problema hoy, pero nuestro más grave problema de cara al futuro es un problema doble, bicéfalo, el problema de la población, nuestra baja tasa de natalidad que amenaza nuestra supervivencia como sociedad a medio siglo, pero otro día hablaremos de ello, y el problema de nuestra dependencia energética que también nos amenaza.

Hace unos días conocimos la sentencia Contencioso-Administrativa, que dejaba sin efecto el programa eólico del gobierno anterior, para regocijo político de los que lo habían impugnado. Nunca he entendido por qué se culpa al entrenador cuando un delantero falla el penalti. Tampoco por qué se echa la culpa al político del error de los técnicos. Si hay un defecto en la tramitación parece que la responsabilidad deberá ser del técnico que informa del camino a seguir. No se le debe exigir ni al médico ni al ingeniero la forma de redacción de la ley, pues a priori debemos presumir su ignorancia en la materia, pero nuestra organización laboral y social exonera totalmente al empleado y descarga la culpa en el político. Allá nosotros.

Hay quien creyó que el plan eólico era bueno porque servía para crear empleo, y especialmente empleo de calidad, porque había proyectos industriales asociados al plan. Lo de menos es que sea otra oportunidad perdida: para mí lo grave es que perpetuamos nuestra dependencia energética sin tomar conciencia de ello. Hace unos meses algunos se han enterado que el déficit de tarifa eléctrica alcanza ya la simpática cifra de +/- 20.000 millones de euros, ésta es la cantidad de menos que han cobrado las compañías eléctrica en estos años, aunque se les ha permitido contabilizarlo como activo). Si no cobran estarán muy cerca de la quiebra. Para hacernos una idea, los intereses que pagaremos este año por la deuda, ascenderán a la cantidad de +/- 36.000 millones de euros y la factura por la importación de los hidrocarburos superará con creces esta cifra. Es interesante recordar que hasta el año 2.003 el barril no superaba +/- 25 dólares y que actualmente cotiza a +/- 113 dólares. Nuestra factura energética se ha incrementado en la proporción correspondiente. También es interesante saber que Irlanda, Portugal y Grecia ¿les suenan esos nombres?, tienen el mismo problema.

Hay analistas que dicen que parte de la crisis que vivimos deriva del incremento del precio del crudo, que en lo que antes eran países ricos ha significado empobrecerse y en los que eran pobres, ha sido desembarcar en el sufrimiento del hambre.

Uno de los desafíos que tiene nuestra sociedad, es la previsión con tiempo suficiente de los cambios que se van a producir en las relaciones económicas internacionales, pues cada dólar que sube el precio del crudo significa empeoramiento en todos los parámetros económicos. Podemos llamarlo déficit de tarifa, inflación, disminución de competitividad, caída del PIB, lo podemos llamar déficit de balanza comercial, como nos de la gana, pero siempre será lo mismo, ruina por dependencia energética.

Aquí en el pulso que ha enfrentado a los partidarios de la Arcadia paisajística feliz con los de Cantabria industrial, han ganado aquellos en los tribunales y fuera de ellos. El problema es si con un país en quiebra, como estamos, con un 25% de la población activa en paro y con absoluta dependencia energética, estamos en condiciones de permitirnos estas licencias, si son tan buena noticia como nos cuentan.

Al parecer hay una salida y nuestra generación mejor preparada, en la que más hemos invertido, lo sabe y la está practicando. La salida es por la frontera, frontera que también utilizan los capitales que entre enero y mayo la encontraron en cifra de 163.186.000 millones de euros y el único capital que viene es el de los fondos buitre.

Digo yo, si no será el momento de un gran acuerdo nacional y autonómico entre fuerzas políticas, aunque estemos ya en tiempo de descuento. Se debería de intentar, lo deberían de intentar.