El pobre Lázaro y el rico Epulón

La "última" del presidente de Cantabria culpando a la Iglesia de desinterés en el caso de los refugiados sirios y pidiendo el patrimonio de la Iglesia para la pobre gente que huye de la guerra me ha hecho recordar la parábola con la que titulo esta reflexión.   
De fondo lo de siempre, la cuestión de pobres y   ricos que en el caso de la Iglesia ha sido muy tratado en el Evangelio de Lucas. Se puede entender o hacer el símil de que el rico Epulón son los ricos estados europeos y los Lazaros son los refugiados que se acercan a nuestras fronteras del bienestar. Para empezar no se puede lanzar ideas para quedar bien ni hacer análisis simplistas, si el caso de los refugiados sirios ha trascendido es porque quieren entrar en nuestra querida Europa, nada más. Millones  de injusticias hay en el mundo y no se llaman sirios, ¿me siguen? Hay que tener cuidado con lo que se dice porque igual te llaman "sepulcro blanqueado" frase que lanzó Jesús, según Mateo, para definir a los que lucen "hermosos" por fuera y ocultan por dentro sus propias "insuficiencias" 
En efecto el hambre, la injusticia, las guerras, la desigualdad etc..están en todo el mundo y todas tienen la misma virulencia atacando con más fuerza a los más débiles, niños, mujeres, ancianos... Pero siempre lo veíamos como algo lejano hasta que ha llegado a nuestros países, a nuestra querida Europa, aunque en España venimos padeciendo hace años esta problemática por el sur de nuestro país cosa que nunca importó en Bruselas. Estamos demasiado acostumbrados a ver las atrocidades que suceden   en este mundo global y se muestran a través del –plasma- sin pudor y casi sin ruborizarnos. 
Quiero entender que esa insólita petición del presidente de Cantabria le ha salido desde muy dentro, desde el corazón, pero que no ha sido lo suficientemente reflexionada porque entonces podría hacernos pensar que ha podido la visceralidad frente a la sensatez y la reflexión que siempre debe primar para dar respuesta adecuada a un problema o hecho concreto y más cuando se está al frente de una comunidad aunque sea pequeña como Cantabria. 
El ambiente político en nuestro país está muy enrarecido y no se debe apelar al populismo ni a la demagogia. Los medios de comunicación muchas veces son culpables de trasladar pensamientos que no siempre tienen que ver con su fuente de origen y llegan al consumidor manipulados. 
El problema de los refugiados sirios y de la migración en general se ha de analizar y tratar con respeto, sin demagogias ni manipulaciones populistas por los partidos políticos y con un solo objetivo, resolverlos a medio y largo plazo pero no mediante voces disonantes que no van a ninguna parte salvo para llenar espacios de opinión ocupando papeles o digitales, recorriendo las redes digitales, verdadero movimiento de masas, o utilizar estas opiniones   para ocultar de forma espuria otras realidades, necesidades o carencias.