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Opinión 06-08-2024 06:55

SINIESTRA O IZQUIERDA. Por Juan Goti Ordeñana Catedrático de la Universidad de Valladolid

Ya es hora de que a la izquierda se le conozca por la terminología original de «sinistra». Los partidos por la forma de manifestarse se han calificado de derechas y de izquierdas. Pero podríamos preguntarnos: ¿por qué a la «sinistra» se le cambió de nombre?

 

 

Ya es hora de que a la izquierda se le conozca por la terminología original de «sinistra». Los partidos por la forma de manifestarse se han calificado de derechas y de izquierdas. Pero podríamos preguntarnos: ¿por qué a la «sinistra» se le cambió de nombre? Nuestro vocabulario se ha derivado del latín, y añadido algunas palabras cuando faltaban los términos en su origen, por lo que lo normal era que se calificara de «siniestra», la que hoy lucen de decirse de izquierdas, por lo que calificar de «siniestra» a ese sector político debería ser normal, y observando, además, el historial que tiene y a los extraños lugares que nos está conduciendo, sería lo apropiado. Pero la derecha no se ha atrevido, a amenazar a la izquierda con calificativos indicativos de rechazo, mientras están soportando expresiones de descrédito y maltrato.

La tradición era que la política marchara por la derecha, y por ello la recta ordenación se llamó Derecho, pero la Revolución Francesa trastrocó al vocabulario, y el poder político y cierta intelectualidad empezaron a desplazarse hacia la izquierda dejando de llamarse «siniestra», y tomado del vascuence el término «esquerra», pronunciando «izquierda», para designar a ese sector que ha venido a destruir la convivencia con la palabra de «progresismo», que ha encandilado a algunos sectores, y que ha ido tropiezo tras tropiezo descomponiendo la sociedad, y preparando el camino a unos gobiernos para llegar a la tiranía. Si no véase a dónde han llegado Rusia, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, etc.

No es que no se haya descubierto hasta ahora esta terminología, pues el político y escritos francés Albert Thibaudet, habla de sinistrismo en su libro «Les idées politiques». Pero parece que no se ha extendido como calificación de esos partidos de izquierdas, que han venido, en todo Europa, ha desarticular el desarrollo de la convivencia social, con ideologías contrarias a la mejora normal de la persona. Y lo malo es que, muchos oportunistas, ante esa marea ideológica, se hayan afiliado a cobrar de la ventaja que les trae para su medro personal. Con lo que se comenzó una carrera por la «sinistra» de la que Francia nos ha servido de ejemplo en sus varias Repúblicas, y ha continuado desarrollándose hasta nuestros días. Pero en los últimos tiempos parece que hay una advertencia, cuando la derecha ha avanzado en las recientes elecciones europeas y en las generales, que se hicieron ante el susto de las mayorías de la derecha.

En estos momentos estamos viviendo de la creación, aunque sólo sea un imaginario social, de un hábil eslogan de la «siniestra», confeccionando un panel que dibuja a la derecha como un partido autoritario, de cerrazón mental, egoísta e injusta socialmente; y en contraposición a la izquierda como prototipo de la libertad, de la cultura, de una sociedad abierta y de la justicia social. Sin observar la realidad histórica, que, a lo mejor por esto, la izquierda la ha suprimido de la enseñanza, y la población ha asumido este lema, sin una reflexión. Pero por la reacción que está teniendo Europa parece que se está advirtiendo el desastre a donde nos está llevando.

¡Qué fácil es atribuir al contrario los vicios que uno tiene! Pero pensemos: ¿cuándo esta «siniestra», que tenemos, ha mostrado libertad? Para ejemplo, basta la ley que se nos anuncia de limitar la libertad de la prensa; en cuanto en la enseñanza de nuestra cultura, limita el estudio de la historia, y el ministerio de Urtasun proyecta liquidar la pinacoteca del Prado; ¿cómo se puede calificar de sociedad abierta? cuando limita el pensamiento a una ideología impuestas y cerrada; cómo se puede hablar de justicia social, cuando se recorta la libertad de empresa y se le somete a presiones fiscales insoportables que les manda al cierre, cuando se lleva a la población a tales niveles de pobreza, y se pretende dominar el Poder Judicial.

Atribuye la violencia a su oposición, pero quién asesino a los presidentes del Gobierno español: a Prim en la calle del Turco de Madrid, Cánovas del Castillo en el balneario de Santa Águeda en Guipúzcoa, a Canalejas en la Puerta del Sol, a Dato en la plaza de la Independencia, y a Carrero Blanco en la calle Claudio Coello. Todos fueron asesinados por un miembro de la izquierda. En la II República se destruyeron Iglesias a sangre y fuego, así como otros centros culturales, se intentó un golpe de Estado en 1934, y se asesinó de Calvo Sotelo por ser jefe de la oposición. Y ya en tiempos actuales no podemos olvidar que Felipe González cayó por un caos económico y con algunos miembros en la cárcel; el descalabro ideológico y económico que introdujo Zapatero que ha llevado al desastre del PSOE de estos tiempos, completado por los caminos que anda Pedro Sánchez hacia una tiranía, esto es, el amo de la sociedad. ¿Dónde está la justicia social?

Una síntesis de la historia del PSOE, demuestra bien a las claras que se trata de un movimiento «siniestro» que ha surgido en la historia, y que ha destruido la sociedad. Hemos hecho referencia a la historia de España, pero si vamos más allá, ese mismo efecto siniestro lo va extendiendo por otros países. Menos mal que parece que en algunos lugares ya se va advirtiendo y se ven tendencias de reforma.

El pueblo español ha soñado con un «socialismo nacional integrador, pero no existe». Ahí está la experiencia de todos los países donde ha conseguido establecerse. Engañando, se está calificando de demócrata, pero se le puede aplicar aquel refrán español: «dime de qué presumes y te diré de qué careces». La tradición les ha calificado de «siniestra» y, aunque hayan cambiado de nombre, los hechos de su marcha muestran que son «siniestros» para los pueblos donde consiguen asentarse.

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Comentarios(1):

Bescós Borderías - 13-08-2024

El comunismo fue un fracsso tan grande como el libberalismo o capitlismo. Yo le recomendaría a este ilustre emérito leer un artíclo de la gran escritora y filóloga Irene Vallejo para que ensanchase sus conocimientos sobre la etimología de la palabra zurdo o su sinónimo siniestro. Un término muy facha, en desuso G.a D.