Se puede perder la esperanza ©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
Tenemos poca relación con nuestros amigos, con nuestros hermanos, con nuestras familias, pero con "nuestro amigo el teléfono digital" nos pasamos mañana, tarde y noche metiendo nuestras narices en sus pantallas.
Se puede perder la esperanza: ¡Desde luego que sí! ¿Y sin fe, se puede vivir?, pero muy mal. Porque si nos apoyamos siempre en la fe, esperanza y caridad estamos demostrando al mundo entero que somos humanos. Pero la esperanza es lo último que se pierde
Podemos olvidarnos de Dios (el Dios de todas las religiones), pero nunca hemos de perder la fe en él. En los tiempos actuales la inmensa mayoría de las gentes vive con pocos pensamientos religiosos o sin ninguno?
Tenemos poca relación con nuestros amigos, con nuestros hermanos, con nuestras familias, pero con "nuestro amigo el teléfono digital" nos pasamos mañana, tarde y noche metiendo nuestras narices en sus pantallas.
Pero- viviendo el día a día- hemos de conservar nuestra esperanza, que es la última que se pierde. Mi novia se llamaba "Esperanza", y quiero comentar que ella se marchó con otro?para caminar el resto de sus vidas con mis recuerdos muertos de mi propia soledad.
Y es que el mundo actual corre por derroteros equivocados, que siembran de dolor, de traición, y de injusticia ?la vida de sus pobladores, sin solución de continuidad.
Y uno se pregunta: ¿Cómo andamos de esperanza en el mundo que habitamos?. El panorama que comprobamos no puede ser más desolador. Debemos entender-sin embargo- que la democracia de los pueblos lleva camino de convertirse en una medicina que no sirve para curar las heridas de los habitantes de este mundo?de Dios.
Los líderes políticos actuales no nos ofrecen confianza en sus opiniones, pensamientos empleando-muchas veces- malas maneras para gobernar, dando muestras de que les falta honestidad. Tenemos guerras en primera línea: a) la de Rusia-Ucrania, y b) la de Israel-Gaza. No existen diplomáticos-a primera vista-que sean capaces de resolver estos conflictos, con miles de muertos-que siembran las tierras donde habitan-, incluyendo hombres, mujereres y niños.
El bueno del señor Putin ha dicho que empleará armas nucleares, y quién sabe si lo hará Mientras tanto otros países como Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca instan a sus poblaciones a estar preparadas para una guerra de estas características. ¡Dios no coja confesados!
Todos nosotros sabemos que la fe mueve montañas, pero ¿dónde está la Esperanza? La Esperanza no se esconde, siempre espera para resolver los males que nos acechan, hoy por hoy, que son muchos.
Los que son creyentes esperan y confían en que Dios (el de todas las religiones) que está para llenar los pucheros que comemos todos los días. Está en las víctimas de la dana que sufrieron y murieron tantas gentes de Valencia (España); está entre las botas de goma de los voluntarios que barrieron las calles llenas de barro y en la voluntad que emplearon para ayudar a sus semejantes-dicho sea de paso.
Y al final "La Esperanza" nos ha hecho pensar que España es un gran país con pocos dineros, el pueblo, que son asignados a los políticos de turno por ley ¡Dichosa ley!
Y deseo mencionar que los alcaldes españoles se pueden subir sus sueldos?cuando les venga bien. Puede que esté equivocado, pero si así fuese pido ¡perdón!
No obstante, el pueblo español ya demostró- por activa y por pasiva-que está formado por personas luchadoras donde las haya Y digo bien: a) sufrimos la invasión napoleónica, sirva de ejemplo, y salimos vencedores, y b) Combatimos en nuestra Guerra Civil (17 jul 1936 1 abril 1939) de hermanos contra hermanos. Aunque realmente, y uno lo cree de esta manera: ¡Nuestra Guerra Civil fue el fracaso de la política de izquierdas y de derechas!
La Coruña, 18 de diciembre de 2024
©Mariano Cabrero Bárcena es escritor
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