¡Sálvese el que pueda! O tonto el último.  Por Carlos Magdalena

Esa es la frase que se impone en el mundo de la empresa frente al caos político-económico que tiene España con un paro galopante, aunque ahora se eche la culpa de todo a la pandemia. La CEOE nacional y local niestán ni se las espera. ¿Miedo o falta de líderes?
Los sindicatos también callan porque ven cual es la situación real y que puede ir a peor, amén de su falta de credibilidad a tenor de su historia reciente que es muy baja, y prefieren volcarse en la subida del Salario Mínimo, que producirá más paro, y ocultarse entre las faldas de la podemita ministra de trabajo Yolanda. Ministra que según todas las versiones está defendiendo su poltrona frente a sus compis podemitas que ya quieren descabalgarla del Consejo de Ministros. Así son así les parieron.

No existe política económica por parte de este gobierno, ni existirá, porque se precisa estudios, capacidad y formación y carecen de todo, su máxima es aguantar lo que puedan y después que lo arregle la derecha. Las preocupaciones inmediatas de Sánchez, que es quien desgobierna el país, es acabar con la Corona como objetivo prioritario y mientras meter mucho humo y seguir subvencionando a los medios de comunicación afines para ocultar la ruina en la que estamos sumidos, y la que llegará como no se produzca un cambio. Como mucho mandaran preparar algunos informes presuntamente técnicos para justificar subvenciones, bien por sectores, con el dinero que no tienen, o bien a nivel de CCAA eligiendo a dedo aquellas empresas recomendadas por ramificaciones de contactos y amiguismo político cuando solo se debe subvencionar a aquellas  que pueden mantener la actividad productiva independientemente del factor humano.

Un error si se sigue la política de mantener empresas por mantener puestos de trabajo, hay que atender a principios objetivos de empresa, productividad, que esa productividad sea rentable, que tenga futuro, y hacerotra cosa no es más que poner paños calientes o dicho más duramente: es robar el dinero de los españoles y de las CCAA, incluida Cantabria.

 
En Cantabria poco se puede repartir a tenor de los recientes Presupuestos Generales de Cantabria y por más que lo intente el consejero Martín no puede multiplicar la miseria económica, “los panes y los peces” que maneja tendrían que ser diez veces más.

Y es que tampoco se puede planificar política económica en Cantabria porque lo primero que se precisa es saber de qué se dispone, y de lo único que disponen los consejeros es de palabras, reuniones y la última moda las Mesas de no se sabe qué ni para qué, pero queda muy bien la nota de prensa para verse en la foto de la Mesa.

Y de los FONDOS EUROPEOS para Cantabria, lo de siempre, nada, a pesar de las buenas intenciones del presidente Revilla que hasta manda una carta a la ministra de Hacienda Montero que le acusará recibida como mucho. Los dineros y los Fondos los manejan Sánchez e Iglesias y responden a intereses políticos de mantener las poltronas y ahora están depositados en Cataluña, luego para allí irán los dineros. 

 En la distribución de la subvención tiene que existir el pragmatismo del futuro, no se puede acudir a las empresas regando la miseria porque ni tan siquiera con el dinero que dan pueden salvar empresas salvo alargar el sufrimiento del empresario y de los trabajadores.

Caos político en España y desconcierto generalizado en la CCAA excepto en Euskadi y Cataluña que se riegan con dinero de todos los españoles para fomentar su separación e independentismo. Se sabía, es absolutamente imposible que un presunto gobierno de 23 ministros incompetentes con Sánchez a la cabeza puedan gestionar nada. El caos político y económico es evidente, las fricciones entre los tres gobiernos que componen el Consejo de ministros es  la cruda realidad. Nadie está de acuerdo y la gestión del gobierno es todos contra todos.

Y la peor parte se la llevan los ciudadanos, tenemos la pandemia en nuestro país, no sabemos, no podemos erradicarla y  la gestión de los lumbreras Illa y Simón es de confusión y contradicciones diarias, faltando a la verdad o simplemente por ignorancia; existe ocultismo y falta de transparencia, aburren con sus mentiras y medias verdades y su  falta de capacidad acreditada, lo peor que puede pasar a España y a los ciudadanos en este momento es tener una gestión tan nefasta. Pero tranquilos saldremos de esta crisis y echaremos a estos aventureros de pacotillas metidos a políticos del chupe.

Y como corolario, Bruselas manda las vacunas, llegan y se estacionan en los frigoríficos, por lo menos de momento no se perjudican que se sepa, y luego no se pueden poner por falta de planificación sanitaria. Se dijo en la primera ola que había que reforzar el sistema sanitario, enfermería, médicos etc. no se ha hecho nada salvo comprar material a China que se ha puesto las botas y el Tribunal de Cuentas calla para no tener que llevar los hechos, el despilfarro por incompetencia o algo más a los tribunales. Hace falta expertos en dirección de empresa, esos licenciados que emigran para dejar el puesto al político ignorante con carné del partido, para obtener una buena logística, y finalmente que las vacunas lleguen a los ciudadanos. Solo se dispone de políticos charlatanes como en el viejo oeste americano. Con este gobierno es imposible ahora y mañana conseguir nada, y lo peor está por llegar.

Este país necesita un cambio, buscar gente normal, capaz y competente, y no diálogos de memorias históricas, de pensar en el ayer, de acercar a prisiones a asesinos y de tener una política económica contraria al sentido común que impera en Europa. El único gobierno de una izquierda dura, estilo bolivariano, está instalado en España, mal lo tenemos amigos.