Los abusos de la Administración. Por don Pedro Arce

Los ciudadanos estamos hartos de los abusos de la Administración, cuando unos o cuando otros y a veces la Administración es muy rigorista cuando defiende los intereses de los poderosos, pero con frecuencia se olvida de los más humildes, de quienes no pueden defenderse de los poderosos, de quienes solamente quieren sobrevivir dignamente. Y, como suele suceder, la mayoría de sus gestores hablan mucho de diálogo, pero lo practican muy poco y prefieren el "trágala" (salvo cuando se acercan las elecciones).

Hoy traigo a estas páginas un tema que es bastante curioso y me refiero a los diversos atraques que existen en muchas zonas de Cantabria, donde personas que desean tener un pequeño barquito, ya sea para pasear con él o para pescar algún magano, entreteniéndose, son hostigados y, a veces, desahuciados sin más contemplaciones, actitud que no han tenido con otras instalaciones, como el "super puerto" de Laredo, por poner un ejemplo.

Y pondré tres ejemplos, que tienen más que preocupados a sus respectivos usuarios. El primero, se trata del "Puerto de la Pozona", que se encuentra entre Cudón y Cuchía (Miengo), perteneciente a la ría de Requejada, donde medio centenar de vecinos de la zona tienen sus barcos a refugio y durante décadas no han molestado a nadie, ni a nadie han pedido nada. ¡Pues ahora viene la Administración a joderles la marrana! y sus propietarios esperan que alguien les ayude para que no tengan que dejar el lugar, que seguramente quedaría abandonado, pues la desidia de la Administración también suele ser una de sus características, por aquello de "no comer, ni dejar comer".

Otro de los ejemplos, es el del Puerto Deportivo de Raos, donde hace ya varias décadas, el alcalde de Camargo, Ángel Duque gestionó con la Autoridad Portuaria la utilización del lugar para pescadores humildes y usuarios de embarcaciones deportivas, quienes constituyeron una asociación, se gastaron el dinero en los pantalanes y otras instalaciones y ahora están en ascuas y, según me comentan, el mismo Ayuntamiento de Camargo se llama a andana.

El tercer ejemplo, es el de la Dársena de Orconera de Astillero, donde existen 186 amarres para pequeños barcos deportivos de vela y motor, que fue inaugurado en enero de 2001 por el entonces presidente del Gobierno de Cantabria, José Joaquín Martínez Sieso, y el alcalde de Astillero, Ignacio Diego Palacios. Esta dársena fue creada sin ánimo de lucro, para potenciar las actividades náuticas vinculadas al municipio que, como su nombre indica, ha estado históricamente vinculado a la industria naval.

El proyecto era ilusionante pues, en una fase posterior, deseaba unir las dársenas de San José, situada más cercana a la bahía de Santander, con la Dársena Orconera, mediante unos nuevos pantalanes. Además, se pretendía mejorar el entorno próximo a la ría de Astillero. Y parece ser que esa ilusión inicial que compartían el Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Astillero y los titulares de los amarres, ha desaparecido. Actualmente, los titulares de los amarres de las dos dársenas están desahuciados por el Ayuntamiento, después de llevar pagando puntualmente las tasas e impuestos durante 20 años y conservar sus instalaciones en excelentes condiciones.

He podido comentar la desazón que embarga a algunos de los titulares de los atraques, con los que la Corporación Municipal actual no ha mantenido ninguna reunión, a pesar de que la Asociación de atraques Dársena Orconera ha solicitado formalmente una reunión que aclare su preocupante situación actual. Dicha reunión aún no se ha realizado a pesar del tiempo trascurrido, pues una vez más, la Administración, en este caso el Ayuntamiento de Astillero y su alcalde, pasan del tema, a ver si por cansancio y aburrimiento desisten del diálogo y mientras tanto ellos van terminando la legislatura.

En el caso de Astillero, una parte de los titulares de los atraques creen que el Ayuntamiento dejó pasar el plazo para la renovación de la dársena Orconera y firmó el Acta de Reversión, forzando a la Autoridad Portuaria a sacar a concurso esta concesión, no respetando, ni los acuerdos del Pleno Municipal publicados en el Boletín Oficial de Cantabria, ni el contrato inicial firmado con los titulares de los atraques, plasmados en documentos emitidos por el equipo de gobierno del Ayuntamiento que puso en marcha la dársena, dejándoles desamparados y con gran preocupación. 

Pudiera poner muchos más ejemplos, en este o en otros temas, como la flagrante injusticia del tema de actualidad de las "plusvalías", que han sido anuladas por los tribunales, pero sin derecho a resarcir a los perjudicados del dinero indebidamente pagado. Si fuera al revés, ¿Hubiera actuado así la Administración?

Vivimos en los tiempos en que a algunos políticos y gestores se les llena la boca de diálogo y talante, pero actúan de forma oculta, despótica y abusiva. Y los ciudadanos ya estamos, en estos estos u otros temas, más que hartos.