Israel tiene derecho a existir. Mariano Cabrero Bárcena es escritor

En noviembre de 1974, Yaser Arafat fue invitado a hablar ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Vengo aquí con el fusil en una mano y la rama de olivo en la otra, dijo hacia el final de su discurso: "No dejen que la rama de olivo caiga de mi mano. Repito: no dejen que caiga de mi mano la rama de olivo".

Recuerden a "Septiembre Negro", que fue el autor de la matanza de once deportistas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich. Pero lo cierto es que, en 1988, Arafat dio dos gigantescos pasos hacia la paz: renegó del terrorismo y reconoció?´ Israel tiene derecho a existir´.

Todos los sabemos que es imposible escapar a las actuaciones espontáneas de un fanático cualquiera. Las Fuerzas de Seguridad del Estado (Policía Nacional y Guardia Civil)-especializadas en la lucha contra el Yihadismo Islámico- siempre han dicho que era muy difícil controlar a los llamados" lobos solitarios". Ellos son -en muchos casos- personas que nunca habían mostrado signos de radicalismo, ni pertenecían a grupos sospechosos, llevando una vida normal tanto familiar como laboral. De pronto, puede surgir una noticia que les impresiona e interpretando de manera errónea el Corán, tocan algunas de las teclas que llevan en su interior y "empiezan a echar fuera todos los demonios que llevan dentro de sus corazones, no poniendo ningún límite a los atentados mas abyectos" contra las personas principalmente.

"Las Comunidades Islámicas han crecido fuertemente en los últimos quince años, pero con resultados nefastos-de muerte y destrucción"

Hace años que quedaron atrás atentados que causaron decenas de muertos. Pero nunca han cesado el goteo de nuevos atentados llevados a cabo por los llamados "lobos solitarios". Debemos permanecer ojo avizor- ¡siempre vigilantes! -para luchar contra el terrorismo, aunque cuesten muchos euros mantener funcionarios especializados al respecto.

No debemos engañarnos: Es difícil luchar contra un hombre o una mujer fanatizados, cualquiera que sea su raza o religión. Ocurre, muchas veces, que personas (que lo son) aparentemente pacíficas, se convierten en monstruos humanos sin que nadie de su entorno los detecte?

Las Comunidades Islámicas han crecido fuertemente en los últimos quince años, pero con resultados nefastos-de muerte y destrucción-, que han llevado a cabo musulmanes defensores del radicalismo, fundamentalismo islámico e integrismo musulmán.

Sombras y pocas luces, pocas luces y muchas sombras "se vienen sembrando en la últimas décadas- en territorio europeo-por los creyentes de Mahoma, que se introducen en la Unión Europea, y que pertenecen a IE (Estado Islámico), aunque no sean estados ni islámicos. Ellos respetan su religión, pero no la de los demás"

Cuando los grupos extremistas se encuentran en apuros, ya que pueden ir perdiendo terreno, influencia y sufren, al mismo tiempo, derrotas de tipo militar, es cuando asumen ataques de "lobos solitarios" para mantenerse en las informaciones de la opinión pública mundial. Y es que estos grupos extremistas escogen la figura de lobos y solitarios porque son difíciles de detectar y de cogerles con vida, porque en numerosas ocasiones se suicidan en el nombre de Mahoma Debemos ayudar siempre a las Fuerzas de Seguridad de los Estados europeos, en la lucha contra estos desalmados, locos y con muy malas intenciones, cuya misión actualmente es la de ¡matar!

Este fundamentalismo islámico ha llegado a cotas de terror, miedo e incertidumbre en las sociedades occidentales, y, sin duda, en su más alto grado: muertes masivas de seres humanos civiles e indefensos. Largo y tendido podemos escribir sobre el terror-sus consecuencias-, pero he aquí tres hechos fundamentales: el 11-S (atentados en las torres gemelas de Nueva York, 11-09-2001); 11-M (atentados en la estación de Atocha en Madrid, 11-3-2004), y 7-J (atentados en metro y autobús en Londres, 07-07-2005). Este es, concretamente, el terrorismo en el Viejo Continente. Y ahora ha vuelto para matar por matar, y en el nombre de Mahoma?

La Coruña, 21 de octubre de 2023

©Mariano Cabrero Bárcena es escritor