Hay que hacer un chequeo a la salud mental de los políticos. Por Carlos Magdalena

Se ha pasado del famoso e inocente estribillo del “vamos a contar mentiras tralará...” que ya teníamos asumido los ciudadanos cuando los políticos entraban en campaña a plantearnos la necesidad imperiosa que tienen muchos de ellos de pasar un reconocimiento, un chequeo de salud mental antes de entrar en campaña.

Lo de las elecciones en Madrid da mucho que pensar si lo ves, como nosotros, sin estar metido en la visceralidad del partidismo salvaje y amoral que impera en la capital del presunto reino de España. El común denominador de los candidatos denota el nivel de incapacidad general salvo el  de mentir, de falta de rigor y verdad,  y de quedarse tan tranquilos con sus desaciertos continuados por su analfabetismo integral

              Estamos anclados en el -todo vale-

Como quiera que su nivel intelectual ya de por si es muy insuficiente se agarran a un clavo ardiendo, una carta, una navaja, una mentira para extrapolarla y dar sentido al sinsentido de sus razonamientos que sin pudor lanzan a los ciudadanos. La ciudadanía es gracias a dios la que más cuerda está frente a estos prototipos, mejor denominados sería banda, de políticos de la mentira y la desfachatez que hemos generado. Ayuso parece que está conectando con la gran mayoría de la ciudadanía madrileña pero quizá no es por méritos propios sino por deméritos ajenos y por la falta que siempre incidimos de capacidad de los presuntos líderes que no sólo  son mediocres, sino que no lanzan ningún mensaje reconocible. Se sigue el derrotero ya manido del ventilador, buscando cualquier subterfugio que despiste de lo fundamental y buscando que aparezca... una navaja o una carta, aunque sea falsa, y se sepa de principio que lo es, para tirárselo al contrario, jugar al victimismo o el despiste.

Y a eso es a lo que los lerdos de estos políticos llaman política y democracia, nosotros lo llamamos simplemente fango e inmundicia.