En la era digital y de la inteligencia artificial los políticos se decantan en las elecciones por los panfletos de papel. Por Carlos Magdalena

Y esto es así porque es más fácil para contar mentiras ¡tralará!. Ya hace algunas semanas que la clase política se encuentra sumida en la gran berrea, término que acuñamos hace años y sigue vigente, que no es otra cosa que buscar el voto  del ciudadano para convertirlo en cautivo cuatro años con el objetivo de que ellos puedan, la mayoría, seguir en sus poltronas a modo de cigarras.

Los que están lo tienen mejor para perpetuarse, porque disponen de los medios y herramientas oficiales, el dinero de financiación de los contribuyentes, aunque digan ellos que no lo usan pero lo cierto es que sí. Una muestra de ello es la carta que ha caído en mi poder de la alcaldesa de Santander diciendo lo bien que lo ha hecho y que todavía lo hará mejor enviada por correo a los vecinos de nuestra ciudad, toda una delicatessen del gremio. Pero sigamos.

En estos días nuestros políticos y políticas aparecen por doquier, ¡hasta en la sopa!, doblas una esquina y allí hay un templete montado de tal o cual partido político repartiendo y derrochando panfletos publicitarios o revistas a tropel contándonos sus verdades y propósitos, y te regalan sonrisas, la mano y el beso consabido, pero tranquilos esta forma de actuar dura hasta el 28 de mayo porque después todo seguirá igual  ya que no se ve movimiento ciudadano de cambio, y  si te he visto no me acuerdo. Van por la calle acompañados por sus séquitos, los don nadie, o se montan un chiringuito donde reparten los programas que nadie lee y que sólo sirven para ensuciar las calles, más todavía de lo que está, y para gastar el dinero de los contribuyentes o llenar los bolsillos del amigo publicista de turno.

Pues sí amigos de la boina, así están montados los bolos de los unos y de las otras. Pero tranquilos pasará y es inevitable. Estamos en la primera fase, la de iniciación, de tanteo, todavía falta la segunda fase y la última semana,¡horror!
Esa última semana arden las calles de toda España donde nos prometen todo. Los que no están en las poltronas y ansían llegar y los que están, con una cara que se la pisan, siguen prometiendo lo que no han hecho en el tiempo ?de reinado?, los oficialistas y los nuevos prometen porque prometer es fácil.

Entre todos convierten una cosa tan seria como son unas elecciones en un carnaval político panfletario. Creo que en buena lógica habría que censurar o alabar a los que han estado cuatro años pero eso no se produce porque en este país de democracia no consolidada ni se preocupan de si han gestionado bien o mal, mienten como bellacos y bellacas y se hacen entrevistas a la carta con más mentiras y morro porque son flojos de memoria. En definitiva les importa un pito lo que pensemos de ellos y ellas, van a los suyo y sólo ponen el los carteles el careto del primero de la lista porque si nos enteramos del currículum del resto de la fila, en el mejor de los casos, los electores huyen poniendo pies en polvorosa. Todo es un maquillaje para decir que en España hay democracia porque se vota a un individuo o individua que encabeza la lista y el resto de la fila a obedecer al lider que para eso les ha puesto, sean tontos o listos dependiendo porque no combíneme hacer sombra al número uno, cuestión fácil de resolver con bastante frecuencia.

Los electores no valoran la presunta gestión, eso es lo de menos ¡no!, se vota por cuestiones ideológicas a unas siglas sin entrar en detalles? una gran mayoría de la ciudadanía votará derecha y la otra izquierdas ¿pero sabrán que es izquierda y derecha? Y los que no son de ninguna parte ni quieren la confrontación y solamente buscan la buena gestión ¿qué. ¡Pues que cambien de país!