¡El PSOE ha muerto, viva el sanchismo! Carlos Magdalena

 
Que se quiera reconocer o no, Pedro Sánchez ha acabado con el Partido Socialista Obrero Español de los 100 años de honradez y con la división de poderes de Montesquieu que ya solamente serán para estudiarlos en las facultades de derecho y poco más, salvo que Bruselas intervenga.

Resulta inaudita la invocación que hace de España el presidente español para adoptar una medida de conveniencia, la amnistía y otras medidas que oculta por vergüenza propia. Y además nos quiere convencer diciendo que concede la amnistía por la convivencia con los catalanes y para que haya un gobierno en España, el suyo.

Esta amnistía ad hoc se pasa por el arco del triunfo  la Constitución pero no sucederá nada porque será avalada por el Tribunal Constitucional cuya composición y nombramientos han sido fiscalizados por Sánchez con un amíguete de la Moncloa y un ex ministro de su Gobierno, de escándalo.

Ha convertido el partido de la solidaridad en un partido de intereses que giran alrededor del Dios Sol, él, emulando a Luis XIV el verdadero Rey Sol, en un nuevo partido que es suyo y que maneja de forma personal careciendo en la actualidad de lo más importante, la credibilidad.

Ahora sí que se puede decir que el que se mueve no sale en la foto

El partido actual ya no es el socialismo del Congreso de Suresnes, ha roto ataduras con el pasado, ha acabado con sus señas de identidad porque Sánchez se ha apropiado de las siglas del Partido Socialista Oobrero Español con la anuencia y consentimiento borreguil de los que comen de su mano, militantes de la moqueta y medios de comunicación, aunque no todos. Y me temo que habrá sanchismo para mucho tiempo y el que no quiera "disfrutarlo" se tendrá que marchar de España porque Pedro Sánchez Castejón ha acertado en la receta para mantener el poder, el engaño y la falacia. En efecto, se trata de comprar y saber comprar y lo está haciendo a la perfección con el dinero de los españoles.

El entorno de Pedro Sánchez aplaude cualquier iniciativa suya, no hay debate, no hay corrientes ideológicas y ya no es el viejo socialismo ni el viejo PSOE. Los barones en la actualidad son los barones de Pedro Sánchez, del "Si Señor", bien colocados y remunerados, no se admite discrepancias salvo un verso suelto que es el señor Page. No nos olvidamos también de algún otro contradictor que se atreven a alzar la voz, el ex presidente Felipe González y Alfonso Guerra junto a un ramillete de atónitos que mantienen tenue la llama del PSOE de la libertad de expresión. Los citados han tenido la valentía, la hidalguía, la dignidad frente a todos los comedores de la sopa boba en decir públicamente que no están de acuerdo con dar la amninistía a unos delincuentes condenados con todas las garantías que da nuestro Ordenamiento Jurídico y que es lo peor que le puede pasar a España en estos momentos.

Esta amnistía ad hoc se pasa por el arco del triunfo a la Constitución pero no sucederá nada porque será avalada por el Tribunal Constitucional cuya composición y nombramientos han sido fiscalizados por Sánchez con un amíguete de la Moncloa y un ex ministro de su Gobierno, de escándalo. Todo queda atado y bien atado, la división de poderes en la actualidad no existe y no se puede defender la Constitución frente a un ataque tan fuerte contra la independencia de ese órgano judicial tan importante y fundamental de nuestra democracia que exige su propia autonomía.
De momento queda el Tribunal Supremo y los órganos de justicia, juzgados de instrucción y poco más porque en las Audiencias y TSJ poco a poco se van colocando los peones y alfiles del señor Sánchez.

Lo dicho, ¡el PSOE ha muerto, viva el sanchismo!

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