El inexistente Libro Blanco de la Sanidad de Cantabria. Por Carlos Magdalena

 Recientemente Santander  soportó una mini huelga instada y propiciada por el Sindicato de Médicos cuyo sindicato analizaremos en breve desde su constitución, naturaleza, desarrollo y su estado actual en cuanto al funcionamiento diario y servicios. 

Quizá por donde deberíamos empezar con carácter previo es posicionándonos y decir sin ambages que la Sanidad de Cantabria debería tener al frente a un profesional independiente y no un político  para que cumpla necesidades médicas  hospitalarias y de inversión, para propiciar  el estudio científico médico y así encontrar una salida a la caída en picado que está experimentando la Sanidad en España y la cántabra en particular. Y al menos señores políticos podíamos intentar poner a uno de los nuestros, de los muchos profesionales de nuestra tierra sin necesidad de que estuviese afiliado, por necesidad, a ningún partido.

Tenemos que decir que nuestro sanidad gracias al Hospital Valdecilla, que en su día fue puntero y que tenemos que agradecer al Marqués, es una de las 17 autonomías donde  mejor funciona afortunadamente por el esfuerzo del colectivo sanitario, y la ministra de Sanidad es solo un florero porque hay que recordar que ya no hay sanidad española, sino 17 sanidades para las correspondientes CCAA. La nuestra es de lo mejor y tiene un diferencial con respecto a la de otras autonomías, aunque siempre podíamos estar mejor,  pero la estamos abandonando en manos de políticos que no están a la altura por lo del pacto político y aquello de la repartición de consejerías, y la Sanidad ni se regala ni se juega con ella y menos para que sea una sección de un partido político,  es de todos y no tendría  que tener nunca signo  político.

En estos  últimos meses se están viendo a nivel nacional las enaguas de todas las sanidades españolas y los dos parámetros más importantes donde debemos fijarnos, sobre los que se sustenta y además pilares fundamentales como son la falta de médicos y enfermeras que huyen del sistema sanitario español después de prepararlos con los impuestos de todos los españoles y segundo la falta de una inversión necesaria. Una inversión tan necesaria, unos dineros muchas veces derrochados en campañas millonarias publicitarias políticas desde Madrid y desde todos los ministerios empezando por el famoso de Igualdad de Montero  o de su compi el del Chuletón (Garzón), ahora callado pero estará preparando alguna.

Cantabria necesita al frente de su Sanidad un profesional, les puedo citar seis de carrerilla, y no un político. Y ese profesional como medida previa ordenaría confeccionar un Libro Blanco en el que se detallasen las necesidades, medidas a adoptar, auditorias, factor laboral y factor médico-sanitario, inversión necesaria etcétera para que la Sanidad de Cantabria se homologue a la mejor europea. Desde los mejores tratamientos, la robotización del instrumental médico, conciertos de colaboración con los mejores hospitales  europeos y americanos, la tan necesaria partida para investigación y para eso y mucho más se necesita dinero que se va por las alcantarillas de la promoción política, de las ruedas de prensa del humo y muchas cosas que me dan vergüenza contar. Por ejemplo la prontoterapia que llevan años anunciando se volverá obsoleta cuando se instale y mientras los diputados siguen charloteando en el llamado Parlamento de Cantabria.

Cantabria debería endeudarse doble o triple con la sanidad y como ejemplo  pondría seguirnos el señor Sánchez que sigue endeudando España cuando le viene en gana o le conviene y lo exige su personal con expectativa electoral como hacen todos. 

Y seguimos, si tuviésemos un consejero independiente y experto en Sanidad que debería salir de un acuerdo previo, nombramiento por parte del verdadero Consejo de Administracion que lo componen   los directores de departamento de Valdecilla con el placet e informe del Parlamento el planteamiento sería diferente. Posteriormente  los directores de cada departamento deberían emitir informe  sobre las necesidades de cada departamento y con un planteamiento a 10 años. Si tuviésemos ese experto en Sanidad pediría también a los grupos sociales su opinión, pero solo su opinión porque la Sanidad no puede ser dirigida ni manejada ni por por sindicatos ni por asociaciones a capricho sino por un experto en sanidad, médico preferiblemente y experto en gestión. Una medida que se debería adoptar de inmediato es la imposibilidad de la huelga en los centros asistenciales, como la que anuncia otra vez el Sindicato Médico,  para eso están los tribunales que con estado de urgencia, previa conciliación al efecto, se emitiría  resolución pero nunca perjudicar a los pacientes con su problemas salariales ya que el tema organizativo y de nombramientos estaría en el consejo de Administracion, Patronato o como se quiera llamar y en su gerente con las manos libres para actuar. Ahora tenemos al frente de Valdecilla un gran gerente pero estoy seguro que su gestión queda disminuida porque precisa de verdaderas competencias y autonomía.

La Sanidad de Cantabria necesita de un Libro Blanco para empezar donde se digan las verdades de las necesidades a 10 años  vista,  abierto para ser ampliado y modificado si procediere pero que sea redactado por todos y no por los políticos de forma exclusiva sino por los médicos, enfermeras, por expertos, por todo aquel que tenga capacidad e ideas innovadoras y por usted también amigo lector. Hace falta dentro del Organigrama sanitario un departamento internacional para buscar desde la contratación de profesionales hasta  socios colaboradores de la Sanidad en Cantabria, laboratorios etcétera.

La Sanidad de Cantabria tiene en la actualidad una estructura que ya la querrían muchos autonomías pero prácticamente la estamos auto destruyendo por no dar pasos adelante valientes, necesarios y definitivos. Se necesita dinero pero antes hace falta hacer una auditoría de personal, una auditoría de recursos, una auditoría de....Todo lo digo desde un ámbito profesional estricto y no desde un ámbito político.

El debate de medicina pública y medicina privada ya está superado, van por railes diferenciados con numerosos encuentros hasta que se produzca una fusión, ahora lo que procede es la gestión de la pública con parámetros privados de calidad y eficiencia.