Aitor y Sarah montan una original quesería. Por Pedro Arce

En un idílico paisaje pasiego, circundado por cumbres de mediana altura y lejos de zonas habitadas, allá cerca de Merilla (San Roque de Riomiera), Aitor Lobato (Dualez, Torrelavega, 1985), con su pareja estadounidense, Sarah Hart (Carolina del Norte), han rehabilitado una vetusta cabaña que han convertido en una quesería y fermentería. El nombre no puede ser más revelador: La Lleldiría, derivado del verbo ?Lleldar?, levantar la masa del pan, fermentar?

No es fácil encontrar el lugar, pero cuando el viajero llega, se encuentra con un espacio natural que sobrecoje y que le transporta a la salvaje naturaleza, sin brizna de contaminación. Y allí, no se sabe cómo ha llegado Aitor, pero ha creado en la inmensidad de los valles pasiegos, un trozo de paraíso quesero; y no quiere que sea una quesería al uso, pues ha tratado de marcar la diferencia, ya sea en la propia quesería, en el producto que elabora, en la atención que presta a sus visitantes y en la presentación del producto.

Aitor y Sarah han aprendido mucho de este mundo del queso artesano y, para empezar, tienen, quizás, una de las mejores Pág. Web. de las queserías de Cantabria, que es atractiva y dinámica y ya invita a pasar de lo virtual (https://lalleldiria.com) a lo real; es decir, la visita. La Lleldiría se ha mimetizado con la idiosincrasia de los Valles Pasiegos, paisaje modelado a medias por la Naturaleza y la acción humana, profundamente arraigada en la actividad agroganadera.

En Merilla aún existen pequeñas explotaciones de vacas de leche, que manejan Siso, Tino, Carmina o Mari, de forma absolutamente tradicional y que mantienen el paisaje del Alto Miera, la raíz humana en el territorio y la buena leche de sus animales, de la que se aprovecha La Lleldiría para la elaboración de sus productos, probablemente confrontando el reto de la globalización y la mediocridad imperante.

Poner en valor la buena leche del valle, tiene múltiples beneficios a todos los habitantes del lugar para que puedan vivir dignamente y felices en el terruño que les vio nacer; y en esta línea, las posibilidades son inmensas en lo humano, social, medioambiental y económico.

Con la leche de pasto, La Lleldiría elabora un exquisito y natural producto:

- Queso de leche cruda con 3 meses de maduración.

- Queso de nata tradicional.

- Crema de queso.

- Mantequilla pasiega.

Tiene un Club y realiza visitas con catas, que constituyen una experiencia única para quienes les visiten previa cita y quedarán más que satisfechos, disfrutando también de los pequeños valles que constituyen el Alto Miera, donde la población ha arraigado milenariamente en su terruño. El Club La Lleldiría es una iniciativa singular que trata de unir a esta experiencia a sus vecinos, pero que también desea integrar a quienes viven fuera del mismo, complementándolo con otra iniciativa interesante, como es la oferta de lotes de productos queseros, a los que acompaña con otros productos de la tierra?

Y esta iniciativa cierra el círculo de la primera quesería que se instaló en San Roque de Riomiera en el año 1843 por parte del comerciante santanderino Sixto del Diestro, oriundo de Miengo, para aprovechar la ruta de los vinos entre la antigua provincia de Santander y La Rioja, muy activa en aquellos tiempos, a través del puerto de Lunada, Espinosa de los Monteros, Trespaderne, etc., y donde se elaboraba un queso prensado a la manera holandesa

Cualquier época es buena para realizar una visita a la quesería y a esta comarca del Alto Miera, repleta de sorpresas; si se va en primavera, el viajero se encontrará un paisaje de fincas cerradas, salpicado de cabañas, con un verdor exuberante y con los riachuelos drenando el terreno por donde pastan las vacas, ajenas al ajetreo del mundo. Pero, si va en invierno, puede encontrarse con este paisaje captado por la cámara de Aitor en la nevada de enero de 2023, que plasma una imagen casi fantasmagórica y sugerente.