A la ministra andaluza Montero no le gustan los calvos. Por Carlos Magdalena

Llegan las elecciones en Galicia y llegan los insultos y las mentiras. En efecto, sin que se haya acabado el fraude de ley de la amnistía que tendrá mucho recorrido, más del que quieren Sánchez y Puigdemont, y para abrir boca la ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno llama a Tellado (PP) calvo.  Naturalmente que el portavoz del Grupo Parlamentario del Partido Popular en el Congreso de los Diputados está calvo pero una cosa es el estado de su cuero cabelludo y otra la forma irrespetuosa de citarle en público para hacer unas risas??ese señor con gafas, calvo?? Para poner un ejemplo es como si a un negro le llamas negrazo, si le llamas así de forma cariñosa y en su ambiente no pasa nada, otra cosa es cuando lleva la consabida carga irrespetuosa o insulto racista como sucede en algún campo de fútbol.

La Montero está siempre dispuesta a salir al ruedo y dar cachabazos a unos y a otros, aunque esos cachabazos hagan mucho daño, da la impresión de que no ha pasado por la escuela. Y otras veces también sale al ruedo para contar mentiras tratará, para hacer la pelota a su jefe o siguiendo sus mandatos como única forma de seguir en el cargo y no por conocimientos y profesionalidad pero así es como funciona este país.

La talla de algunos de nuestros representantes no llega ni a unos mínimos exigibles.

Pero ha cometido un error porque hemos consultado informaciones varias y en España hay muchos, muchos calvos, proliferan "las fábricas" de poner pelos muy rentables dentro y fuera de España, incluso chicos jóvenes que se quedan calvos a las primeras de cambio. En efecto en la actualidad nuestro país tiene aproximadamente el 50% de su población con alopecia, y de ellas más del 90% sufre alopecia de tipo androgénico, es decir, padece calvicie por razones genéticas u hormonales.

La Montero se ha metido con los calvos no sé si rectificará o no, o simplemente dirá que se refería a los calvos gallegos sin mala intención y no al resto de los calvos, ¡vaya usted a saber!, porque estos ministros, nada menos que 23, un día dicen so y otras arre atendiendo el mandato del "carretero mayor". Un día las cosas son blancas y otro día negras, a eso se llama cambiar de opinión y no es sinónimo de carecer de ideas ni convicciones para el equipo del presidente español. El tema tiene su coña porque viendo cómo se defiende Sánchez patas arriba sacando del cajón de la abuela esos 23 ministros que no gobiernan ni administran sino simplemente les tiene y le suelta para que ladren, alguno cuando improvisa mete la pata más de lo habitual que ya es decir.
Así de esta manera este país no funciona y las empresas muy a pesar de los españoles, de todos, se seguirán marchando, una pena.

En Galicia, volverán a perder las elecciones los comunistas y los sanchistas, pero no pasará nada porque desde la Moncloa dirán que han ganado un diputado o que no han perdido del todo y que esperan que las próximas elecciones gallegas dentro de cuatro años ganen otro diputado. En fin ya saben amigos que después de las elecciones todos habrán ganado y saldrán sonrientes al ruedo. Los políticos siguen ganando y los españoles seguimos perdiendo.