Noticias de Cantabria
Editorial 24-05-2020 19:00

Yo estudié con beca

El Gobierno social-comunista pretende dirigir de forma borreguil  a la sociedad por un carril equivocado muy diferente a la educación que se da y practica en el resto de los países occidentales

Ahora que se están perdiendo los papeles de casi todo en esta sociedad  que nos ha tocado vivir en donde los principios y valores fundamentales para la convivencia en muchas ocasiones o no existen, o simplemente se mira para otra parte por falta de valor para enfrentarse con la mentira, el cinismo y la  estulticia,  se ha dado un paso más y no ha sido otro que tratar de igualar a los estudiantes por abajo y evitar, o no fomentar,  que surjan estudiantes sobresalientes, de matrícula de honor, de premios extraordinarios, para no tener que premiarlos con además de un reconocimiento público y que sean acicate y ejemplo de los maulas  que calientan las sillas durante años,   con una bolsa de dinero para que elijan estudiar en universidades que exigen esfuerzo para conseguir conocimiento.

Para que este país progrese hay que volver a la sociedad del mérito y el reconocimiento con los mecanismos correctores que procedan.

 

El Gobierno social-comunista pretende dirigir de forma borreguil  a la sociedad por un carril equivocado muy diferente a la educación que se da y practica en el resto de los países occidentales. Y es que España, cuál es su costumbre inveterada, suele ir históricamente en sentido contrario del progreso y educación que prima en Europa.

En efecto nuestros estudiantes tienen que subsistir en las Universidades de las CCAA nacionalistas e ideologizadas  para cuando puedan huir de España  para hacer un curso de especialización, un master diferente a los que compran los políticos para enjuagar sus CV de la ignorancia y analfabetismo integral. Así nos pasan todos los países porque aquí se ha decidido igualar la inteligencia por abajo. En mi época de colegio y Universidad de Barcelona el disponer de una beca, que exigía tener un notable superior a siete para disponer de ella, te obligaba a luchar por matrícula para compensar la posibilidad de una mala nota o “mala suerte de examen” en alguna asignatura y suponía además un reconocimiento y un aprecio especial de profesores y compañeros por el esfuerzo que suponía y se valoraba.

 

En aquellos años, que lejanos y que cercanos en el pensamiento y recuerdos en que yo estudié, se establecían como incentivo y signos de distinción diferentes premios: el primero recibía el premio extraordinario y después los siguientes recibían primera excelencia, segunda excelencia etcétera. Era un reconocimiento al alumno que hacía un aprovechamiento superior pero que al mismo tiempo servía de referencia a aquellos otros que Iban al aula a pasar el rato.

 

Pues esa valoración de la sociedad se ha ido perdiendo votación tras votación electoral desde los años ochenta hasta llegar a Rajoy. En 2013, el ministro Wert fijó en un 6,5 la nota exigida en el primer curso para poder acceder a las ayudas y en un 5,5 para disfrutar de la matrícula gratuita. Pero al Registrador le pareció leonina la exigencia de tanta calificación y lo redujo del 5,5 al 5, la nota exigida para disponer de matrícula universitaria gratuita el primer año, aunque mantuvo en un 6,5 el requisito para recibir la cuantía económica. 

Pero ha llegado Sánchez, el plagiador de libros, y empujado por su socio Iglesias a través de esa presunta vocera educativa de nombre Celaá, de poner uno cinco raspado para becas e incluso si se justifica, menos. El dineral que se va a tirar por las alcantarillas va a ser fenomenal, pero estamos en la España en la que cuanto más se derroche, despilfarre, se mienta o peor se haga la res publica más se les vota y consiente. En lugar de valorar el estudio como patrimonio y riqueza se minusvalora   porque se trata de dar títulos para engrosar el paro.

 

El Gobierno de Sánchez tiene a España en una grave   encrucijada de su especial crisis y pretende que Europa y concretamente  los países del norte: Finlandia, Dinamarca, Holanda, Suecia etc. financien esta mamarrachada y otras por el estilo, rentas vitales, reforma laboral etc. imagino que dirán que no.

 

·       “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber” Albert Einstein.

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Comentarios(2):

T. Jefferson - 25-05-2020

Esta política obedece a un intento de crear una sociedad de gente sin cultura ni criterio que pueda ser manipulada fácilmente. Una de las afirmaciones que más me hace reír y que ha quedado ya como un "mantra" de estos tiempos, es esa que dice que tenemos las generaciones mejor formadas de la historia de este país. Nada más alejado de la verdad. La realidad es que mi padre (90 años) tuvo una formación mucho más exigente y completa que la mía, por supuesto yo la he tenido mejor que la de mi hijo, y no quiero pensar cual será la educación de mis nietos, el día que los tenga.

AdA - 24-05-2020

Me ha encantado su artículo. Fue buen estudiante y mejor abogado!!! Esta nueva generación del nulo esfuerzo tendrá mucho que luchar cuando lleven las riendas del país y se darán cuenta de que el tren no siempre pasa dos veces