¡Pobre Gabilondo!

Existe en Madrid una pequeña ola de que hay que votar al pobre Gabilondo por parte de las acérrimas huestes socialistas.
La embarcada que le ha hecho Sánchez ha sido morrocotuda, ya se sabía antes que carecía de gancho, de imagen, de encanto...y de casi todo, ni siquiera tiene fluidez en el diálogo o en el discurso.
Gabilondo era simplemente un profesor de Universidad metido a político, pero no vale para “ser expuesto”, y desde luego no podría  nunca emular al Viejo Profesor y exalcalde Tierno Galván como han intentado incautamente algunos lerdos establecer similitudes.

El hombre anda  perdido y confuso si nos atenemos a sus declaraciones, difícilmente llegue ni tan siquiera por méritos propios a la cuota electoral pasada del 2019, y los votos que consiga serán de los fieles al PSOE.
Ante toda España y emitido por TVE en el debate de la televisión autonómica han quedado patentes sus carencias “mitineras”, hundiéndose  más todavía al asociarse con Iglesias, aunque al día siguiente quiso dar marcha atrás quedando peor todavía y sin ninguna posibilidad de remontar en votos ni en credibilidad.

De estas elecciones se traduce una cosa, que aquí por desgracia, en este país, se sigue  votando a las siglas, borreguilmente y no a las personas, al candidato, y mientras no demos un paso adelante de votar a las personas difícilmente llegará una democracia plena a este país.

Gabilondo a pesar de tener a su favor a todos los ministros, el empuje del centro de encuestas que dirige Tezanos, CIS, la prensa, todos los medios etc. pero ni así tira. Si hubiese sido el candidato de la derecha ya lo hubiesen degollado desde el primer día. ¡Pobre Gabilondo!