"Aguilar” celta, cántabra, judía, árabe, romana, ...
“Aguilar de Campóo”, principio y fin de la palabra
El certamen literario de Aguilar de Campóo cumple 51 años

En Aguilar de Campóo se celebra todos los años los Juegos Florales, en esta 51 edición hemos recogido para ustedes el galardonado con el segundo premio de la poeta Consuelo Alonso Toribio
“Aguilar” tu palabra me buscó con insistente apremio,
con presteza, una frase, una oración, un poema, un pensamiento,
con delicadeza, ritmo y mucha, mucha cadencia, “Aguilar”.
Duende que se cuela en los sueños de palabras,
extrañas, escondidas, amenas, difíciles y tiernas.
A mí, pobre poeta, vate buscador de vida, de sueños,
horizontes, utopías, sentimientos y palabras.
¡Qué fácil debería saber y hacer música que suene a poesía!
“Aguilar” con palabras tan tuyas, tan bonitas, como:
Portazgo, Tenerías, Praeles, Barbacana, San Roque y Cascajera.
Escucha, atiende y mira, en cada lugar de “Aguilar”
pasaron cosas, siente como la vida pasa por sus venas,
ardiente palabra desnuda y elocuente, espejo que se mira,
en el pasado, futuro y presente: “Aguilar” enamora a quien la mira,
Santa Mª La Real, Santa Cecilia, San Andrés, San Martín y Santa Clara.
“Aguilar” palabra poderosa, aljama judía, puerta de Reinosa
y Tobalina, al abrigo cálido del nido donde incuban una a una
las palabras, polluelos desvalidos buscando el sol
de madrugadas, entre nubes grises sosegadas,
destellos de arco iris transparentes, refugio de todos los colores.
Poderoso aire del norte, frío inhóspito, viento huracanado
“Aguilar” sol caliente y fanfarrón en aquél claro,
caballo libre, feliz y desbocado, trotando por llanuras,
Valles ignotos, montes solitarios. “Aguilar” Monte Royal,
Peña la parte, Peña Aguilón, Las tuerces y El Cañón de la horadada.
Palabras de olor a galio, agrimonia, árnica, amapola,
blancura de lirios, jaras, azucenas y lantanas,
lágrimas y risas, zorzales, abetos, golondrinas y retamas.
“Aguilar” sedosa noche de nubes ondulantes, palabra
música callada, melancolía amarilla extenuada.
“Aguilar” dale a mis ojos la mirada impresionista,
la intimidad de la vida eterna en un instante,
y yo te daré el caual de mi corazón y mi palabra
mágico armario entre el azul de un suspiro,
cuando me llora el corazón me ríe el alma.
Cuando pongo la razón a cubierto o descubierto,
y se unen por igual, carácter, sentimiento y donosura,
tiene que nacer y crecer por fuerza pura, un poema de “Aguilar”,
que me nace con fe de las entrañas, inmenso caudal,
fuente de vida, movimiento tenaz, al fin reposo, alondra vivaz y zalamera.
Con razón “Aguilar” es quién provoca la palabra, burgo medieval,
Monte Cildá, castro romano, heráldica triunfal con águila
explayada y coronada. “Aguilar” celta, cántabra, judía, árabe,
romana, alma corazón que late al unísono,
abrigo caliente que nace de la tierra.
Niebla, sol y lluvia lamiendo las copas resecas
de los árboles, añejas hojas, doradas, verdes, amarillas,
ocres, cenicientas, “Aguilar” alborótame el alma,
quítame el velo que cubre mis ojos, palabra siempre
en contradicción contigo misma, “Aguilar” dime si soy poeta,
y si no, quién soy yo, con todo el dolor y el amor que me destierra.
“Aguilar” soy quién te mira, quién te escucha, quién te anhela,
quién te goza. Me siento enfrente de tu “yo”, escribo, vuelo,
sueño, desnudo de la belleza. “Aguilar” arco y aroma,
linajes, gentes y paisajes, románico, gótico, vetusto,
piedra armera, torre fuerte, palacio de doña Aldónza,
la llana, el castillo, lazareto…
“Aguilar” luna ascendente, iglesia, Colegiata, torre de San Miguel
altiva, visionaria, donde lloras y gozas de la vida, y la muerte
tañendo te acompaña. Donde anidan palomas y escudos de marqueses
edades de los hombres, estrella de David y Pantocrátor.
“Aguilar” luna descendente redonda amarilla, solsticio que te ocultas
por la loma, bruñida tarde, equinoccio dorado,
aroma de hombres, mujeres y galletas.
Voy bajando por el río, vereda izquierda del Pisuerga,
entre vuelos y trinos de gaviotas, ésas que nos visitan
en los últimos días de febrero, retorno del invierno en el estrecho
al mar Cantábrico. Se quedan a beber en la presa
del Molino Turruntero, en la tarde febril adormecida,
cuérnago, cincel y roca, agua bendita.
Con aromas de trigo, galletas de vainilla, tomillo, espliego, árnica y lavanda.
Dios te salve Señora, luz y guía, patrona de “Aguilar”,
de Llano Reina Madre Mía, para rezar con fe de romería.
agua, pantano, ermita entre el verde calor que dan las retamas,
los robles y los pinos.
Hoy te canto la Salve, Madre Mía,
Cuando pasa la lluvia allá por primavera,
Por siempre tú serás de la mañana de mayo, aurora,
Rosario de la tarde, Reina y Madre, de septiembre, la Señora.
Te presto mi corazón y mi regazo, lecho blanquiazul,
De orquídeas, narcisos, rosas y humildes margaritas,
Bajo tu manto de estrellas, Madre, luz que me invade por completo,
Deja que brillen por sí solas mis palabras.
Con razón, “Aguilar” es quién provoca
El principio y el fin de la palabra.
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