Se declara inocente el acusado de abusar de su hermanastra, que se ratifica en la denuncia
La fiscal mantiene su petición de 15 años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a menor de dieciséis

SANTANDER, 25 (EUROPA PRESS)
El acusado de agredir sexualmente a su hermanastra cuando tenía entre ocho y doce años de edad ha negado este martes los hechos en el juicio contra él, en la Audiencia de Cantabria, y en el que se ha declarado inocente, mientras la víctima se ha ratificado en lo denunciado.
Tras la vista, celebrada en la Sección Tercera, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales, manteniendo la fiscal del caso su petición de 15 años de prisión, por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a menor de dieciséis.
Tanto el procesado como la chica, que ahora tiene 17 años, han señalado que en el momento de los hechos, que presuntamente tuvieron lugar entre 2016 y 2020, convivían en el domicilio familiar --junto a más hermanos, su madre y el novio de ésta-- aunque ambos dormían en habitaciones distintas.
El enjuiciado, que se encargaba de despertar y preparar el desayuno a la denunciante, a la que saca diez años, y a otra hermana, ha negado que le hiciera propuestas de carácter sexual o tocamientos, ni siquiera jugando, así como tampoco que le enseñara material de contenido pornográfico o que la obligara a masturbarle o a hacerle felaciones.
Asimismo, y de acuerdo con su versión, no ejerció fuerza ni violencia física sobre la menor para conseguir dichos propósitos, de modo que tampoco la tenía "aterrorizada" con el mismo fin: "Vivía de lujo, no tenía ni miedo ni nada", ha zanjado.
Y al tiempo que ha asegurado que "nunca" la manoseó, el joven ha sentenciado que "jamás" se metió en el mismo cuarto o durmió con su hermanastra, que ha indicado lo contrario. En concreto, ha señalado que a veces iba a la habitación de él, por indicación de su madre, cuando no podía dormir y debido a que tenía una cama "más grande".
EL DESENCADENANTE
El enjuiciado ha aseverado que se llevaba "muy mal" con la víctima, que "diariamente" le insultaba e incluso amenazaba, precisando que era por culpa de su abuelo, "un manipulador, racista y abusador de mi madre" que "inculcó ideas" a la menor, apuntando que fue ese "el desencadenante" de la denuncia.
En paralelo, ha dicho que la relación entre progenitora e hija era "buena", pero se fue "desviando", extremo que ha achacado igualmente al abuelo.
De su hermanastra ha indicado que "se avergonzaba" de su familia o que "siempre se quería salir con la suya", añadiendo a este último respecto que, si no lo lograba, "gritaba y amenazaba", hasta que "al final me como yo el marrón", ha apostillado.
Por su parte, la joven ha corroborado los hechos denunciados, recogidos en el escrito del ministerio público, y según los cuales su hermanastro se aprovechaba de los momentos en que su madre no estaba en casa y "proponía o forzaba a realizar conductas sexuales" a la menor para satisfacer sus deseos.
Así, en "numerosas noches le mostraba pornografía en su teléfono móvil y le proponía practicar posturas sexuales", mientras que en algunas ocasiones la agarraba por el cuello y la forzaba a realizarle felaciones o masturbarle. Y en otras, conseguía el mismo propósito diciéndole que "si se lo contaba a su madre la violaría".
Además, cuando cumplió diez años "de forma frecuente le manoseaba los pechos, glúteos y vagina", y cuando tenía doce "en repetidas ocasiones le propuso tener relaciones sexuales", lo que no consiguió debido a la resistencia de la menor.
ANGUSTIA Y MIEDO
La joven ha explicado que a veces todo eso ocurría "muy seguido", y que luego el acusado "paraba un tiempo y volvía" a hacerlo. Ha expresado que lo pasó "muy mal" y "con mucha angustia", y que al principio no contó nada porque estaba "asustada" y convencida además de que su madre no la iba a creer.
"Si se lo decía, sabía perfectamente que no me iba a creer y que me hablaría fatal", se ha justificado, antes de apuntar que cuando su progenitora se enteró de la denuncia se tuvo que ir de casa a vivir en una unidad residencial.
EXPLOTÓ
Lo contó todo un día "explotó", a principios de verano de 2020 cuando se quedó a dormir en casa de una amiga, que a su vez se lo trasladó a un tío suyo que era policía. En este punto, ha detallado que los abusos y tocamientos cesaron a principios de ese año, y que si lo relató meses después era "por si volvía a pasar".
Para la Fiscalía, estos hechos constituyen un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a menor de dieciséis años, merecedor de quince años de prisión, veinte de alejamiento y prohibición de comunicar con su hermanastra, ocho de libertad vigilada y diecinueve de inhabilitación para desempeño con menores.
En concepto de responsabilidad civil, solicita el ministerio público que el acusado indemnice a la chica en 30.000 euros por los daños morales que le ha causado.
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