El juez acuerda la apertura de juicio oral del caso del cráneo de Castro Urdiales
El Juzgado de Instrucción número 3 de Castro Urdiales ha acordado la apertura del juicio oral del caso del cráneo del jubilado vasco aparecido hace más de dos años en la villa por el que está acusada la que era su pareja, Carmen Merino.
Una vez dictado el auto este lunes, después de que todas las partes (fiscal, acusación y defensa) pidieran la semana pasada la apertura del juicio oral, el juez remitirá la causa a la Audiencia Provincial de Cantabria, que deberá fijar la fecha de la vista.
Según han informado a Europa Press fuentes jurídicas, el auto da 15 días de plazo para personarse en la Audiencia, lo que implica, según han explicado, que se puede alegar, proponer o impugnar pruebas.
La fiscalía considera a la acusada autora de un delito de asesinato con agravante de parentesco por el que pide 25 años de cárcel con inhabilitación absoluta y una indemnización de 20.000 euros para los familiares de la víctima.
La acusación particular, por su parte, que ejercen familiares del fallecido, solicita prisión permanente revisable, y la defensa la libre absolución de la acusada, que se encuentra en prisión provisional desde el descubrimiento del cráneo de Jesús María Baranda, de 67 años.
El crimen se destapó en septiembre de 2019 con el hallazgo del cráneo en el interior de una caja de cartón, que la acusada había entregado meses atrás a una amiga suya para que se la guardase en su casa, y que ésta abrió ante el mal olor que desprendía.
En su interior descubrió un cráneo humano, dentro de una bolsa de plástico y envuelto a su vez en una página de periódico con un pasatiempo cumplimentado.
La investigación se inició tras la desaparición del hombre, del que no se sabía nada desde febrero de 2019 y cuyo cuerpo no ha sido encontrado hasta ahora.
La mujer, natural de Sevilla, llevaba varios años residiendo en Cantabria y se encuentra en prisión provisional en el centro penitenciario de El Dueso, en Santoña, desde el descubrimiento del cráneo.
Entre las declaraciones tomadas hasta ahora en sede judicial, que en dos años ha cambiado tres veces de titular, destaca la practicada a la sospechosa en noviembre de 2020, cuando rompió su silencio para asegurar que no tuvo "nada que ver" con la desaparición y fallecimiento de su pareja.
Añadió que no tenía "ni idea" de qué había "podido ocurrir" al hombre, con el que convivía desde hacía siete años en un piso de la calle Padre Basabe de Castro Urdiales, y que ambos "se querían muchísimo", según remachó.
Además, de acuerdo con la testifical de una mujer -hermana de la que abrió la caja con el cráneo- la procesada le había asegurado tras el descubrimiento que había podido "guardar" la cabeza de su pareja y el "secreto tan gordo" de lo ocurrido meses antes "gracias a las pastillas".
El juez decretó el secreto de las actuaciones y lo prorrogó durante varios meses, hasta el 30 de junio del año pasado cuando se levantó, es decir, nueve meses después del hallazgo. Y en julio la Audiencia Provincial de Cantabria denegó la libertad provisional a la procesada al apreciar riesgo de fuga, entre otros motivos.
Cuando se cumplieron dos años de lo sucedido -el plazo legal establecido para prorrogar la cárcel preventiva para este tipo de delitos-, el magistrado acordó dicha prórroga.
Sé el primero en comentar