Escaño Cero
Mil millones
Mil millones, sí, mil millones es la cifra que todos los meses se quedan los piratas que navegan por Internet descargándose películas, libros, músicas, videojuegos. Mil millones es una cifra que produce escalofríos y que debería de hacer reaccionar al Gobierno de una vez por todas impidiendo este asalto a mano armada a la industria de la cultura y del ocio.
La cifra la ha dado el Observatorio de piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales avisando, además, de que no es exacta, de que el fraude es aún mayor, porque no han contabilizado las "descargas ilegales" de los menores de 16 años. O sea, como para echarse a temblar.
Me pregunto qué pasaría, pongo por caso, si hubiera una banda de ladrones que mes tras mes se dedicaran a saquear tiendas de discos, de videojuegos, cines, librerías, etc. Inmediatamente se alzarían voces de todos los sectores de la sociedad exigiendo al Gobierno que fuera que acabara con la banda de ladrones y los pusiera a buen recaudo. Pero resulta que eso es lo que está sucediendo en la Red ante la indiferencia de buena parte de la opinión pública y desde luego del Gobierno.
Hablemos claro, la futura ley de sostenibilidad es un paso, pero no suficiente y es que por curioso, por no decir escandaloso, que parezca, lo cierto es que el Gobierno viene cediendo al chantaje de los piratas de la Red, a los que ven como votantes. Y sí, pueden ser sus votantes, pero entre los votantes hay de todo, también ladrones. Sé que muchos de los que roban en la Red no tienen conciencia de estar cometiendo un delito, un fraude, que creen que tienen derecho al gratis total. Por tanto hace falta una campaña que empiece en los propios colegios para ir educando y concienciando desde la infancia que los contenidos de la Red no son gratis, que "bajarse" una película es estupendo, previo pago. Lo mismo música, videojuegos o un libro.
Por cierto, que en el último semestre del 2009 la industria del libro perdió más de doscientos millones de euros por libros pirateados. Y es verdad que las grandes editoriales han puestos una plataforma en marcha para ofrecer sus libros en versión digital, pero es evidente que tienen que hacer algo para evitar que la piratería de libros alcance las cifras de la piratería de música o del cine. En fin, aún se está a tiempo de poner freno a los piratas, es una cuestión de voluntad política. Ni más ni menos.
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