Los Valles Pasiegos no solo son las tres villas Pasiegas Por Carlos Magdalena Menchaca

Los Valles Pasiegos son cada uno de los pueblecitos, cada uno de los rincones, cada una de las cabañas, cada uno de los pasiegos y pasiegas que nos reciben hospitalariamente, esos son los verdaderos Valles Pasiegos que el visitante puede contemplar y disfrutar en su verdadera esencia...

 Si usted amigo quiere visitar y disfrutar del verdadero encanto de la Vega de Pas y se limita a coger la carretera nacional e ir a Villacarriedo y Selaya y dar un paseo por el casco urbano seguramente usted disfrutará, pero le advertimos que los Valles Pasiegos no son solo Villacarriedo y Selaya; o San Roque de Riomira, Vega de Pas o San Pedro del Romeral, las tres villas pasiegas. Es mucho más....

Es importante tome nota que antes de llegar a  Selaya o a Villacarriedo, si ha elegido la carretera principal, tome un desvío y se adentre  por los pueblecitos del entorno, ya sea Vega de Villafufre, Saro de Abajo, Saro de Arriba, Lindota, Llerana, Abionzo; o puede meterse por Tezanos, Tezanillos, ir hasta Pisueña, donde nace este río cuyas aguas van a tributar al Pas. El Pisueña es un río caudaloso y tiene unos saltos de agua pequeños pero naturales entroncados en la naturaleza que obliga a pararse y disfrutar de su belleza, su sonido, su música. Verá las vacas pasiegas, las pintas y también burros que nos anuncian su presencia con su potente rebuzno por lo que es obligatorio acercarse para que no se enfaden aunque enseguida callan cuando vas hacia ellos pues como los humanos quieren compañía.
Haciendo esa ruta estoy seguro de que disfrutará y más en esta época del año recién estrenada la primavera,  y gozará del verde lujurioso del campo porque hemos tenido un año de agua que ha regado nuestro jardín de Cantabria.

Hay que ir viendo los pueblecitos que hay alrededor, la arquitectura rural de casas populares adosadas, con sus balcones ya floridos; algunas de las casonas, a veces con su escudo nobiliario, muy escondidas y que no verá por la carretera nacional y a la velocidad que vamos. Podrá contemplar las iglesias y ermitas, hasta dos en un mismo pueblo. Y sobre todo le pedimos que no sea tímido y salude a sus gentes, está en su territorio, esperan su saludo, sea amable, hable con la gente, comprobará y disfrutara de su amabilidad y tendrá unas charlas que quedaran en el recuerdo de la vida.

NO olvide que allí también llega la polémica de los molinos, la energía renovable, las gentes de los pueblos están al día de la política y de los problemas del mundo al igual de los de la capital. Yo no he tenido problema conversacional sino todo lo contrario, pues llevaba el mejor compañero que se puede tener, Don Pedro Arce, ¡pero tenía que tirar de él!, no encuentra el momento de marchar o llevarme a otro pueblo, o a un camino, o a una casona especial, es el mejor Cicerone-guia que mejor conoce Cantabria, sus pueblos y sus gentes y, cómo no, su rica y sabrosa gastronomía. Ahí está su última publicación sobre los Cocidos de Cantabria, el Cocido Pasiego, uno de ellos. El vivir en el mundo rural no significa estar apartado de la actualidad ni de los problemas que acucian a los de la “capi”, los problemas son de todos y entre todos hay que resolverlos. Naturalmente si para en el Bar Español de Selaya tiene que pedir sus famosas alubias rojas cocinadas con cariño y amor rural un verdadero lujo en pleno siglo XXI, y cómo no, de postre la crema pasiega

 Y como colofón les aconsejamos visiten cualquiera de las queserías de la zona,  nosotros paramos en La Sobanuca. Se trata de una quesería familiar, de un matrimonio que se reconvirtieron en queseros al perder sus trabajos en la pasada crisis. Trabajadores infatigables que viven de su esfuerzo y tesón, que  con honradez se levantan cada día con el afán de elaborar unos exquisitos quesos de cabra y recientemente también un queso mixto con leche de vaca.