Nunca se había adelantado tanto una victoria electoral. Por Carlos Magdalena

Pero es que los signos son evidentes. Además del hartazgo que tiene la sociedad española en general de la mentira y del chanchullo, el propio Sánchez está diciendo que se quiere marchar y que va a perder las elecciones.

Ya no engaña a nadie. El Gobierno de España, por llamarlo de alguna manera, es un barco que ya hace demasiado tiempo estaba sin rumbo, a la deriva sin timón y sin timonel. Pero es que en estos últimos meses era un absoluto desatino con errores muy graves continuados, con  un Consejo de Ministros que se tiran los trastos unos a otros, con una ministra comunista que está creando un Movimiento Comunista ayudada por Sánchez para comparecer en las elecciones, y una sucesión de leyes y desaciertos bochornosos. Solamente tienen una cosa en común estos gobernantes, absolutamente todos están buscando la forma de recolocarse y los ciudadanos que se las apañen como puedan.

Esto que está ocurriendo no había pasado nunca en esta España democrática y pasa curiosamente con la izquierda, o lo que ellos llaman izquierda. Y para colmo el Tribunal Supremo dicta una sentencia demoledora que confirma la reducción de penas y la salida de violadores y delincuentes condenados de las cárceles, como consecuencia de una ley creada por Irene Montero y su gente pero aplaudida por el socialismo militante y defendida por el propio Sánchez y el Fiscal General que nombró, como no, el propio Sánchez. Una serie de incoherencia imperdonables sin entrar en detalles como lo referente a política exterior con el asunto Marruecos etc.

Ya hace mucho tiempo que habría sido conveniente dar un giro y la pregunta es obvia:

¿Será Feijó capaz de levantar alfombras, investigar toda la corrupción de estos cinco años y enderezar el rumbo?