La violencia en la adolescencia contra los progenitores. Carlos, Magdalena
El respeto se ha perdido, la educación, los valores necesarios para la convivencia porque es ya habitual escuchar que un padre o una madre agrede al profesor, o del paciente que insulta al médico. Tenemos una sociedad muy permisiva que lo admite todo, los hijos pueden denunciar a los padres y empiezan a acuñarse el concepto "induvio pro nene"
En estos días todos hablan y se hacen cábalas de una o de otra manera sobre cómo se ha podido producir el asesinato por parte de dos menores de 15 y 13 años hacía la madre de éstos en el pueblo marinero de Castro Urdiales.
Se sabe, en principio, que no había denuncias en servicios sociales ni problemática aparente, que son dos hermanos procedentes de Rusia adoptados hace años y no se entiende cuáles han podido ser las causas que les ha llevado a estos dos chicos adolescentes a semejante acto. Se apunta a que hubo un concierto entre ambos, ponerse de acuerdo y planear el asesinato de su madre porque no parece que se haya producido de forma espontánea por las primeras pesquisas del donde se encontró el cuerpo y los hechos acontecidos.
La noticia ha llenado los medios de comunicación y rápidamente han salido sesudos expertos, profesionales dando opiniones diversas de el porqué de lo sucedido pero el asunto no se puede analizar frívolamente y con precipitación porque imaginamos que la convivencia no sería tan buena como en un principio se ha apuntado y hay muchos datos desconocidos. Se debería tener más sensibilidad en el tratamiento de estos casos tan dolorosos que enseñan las enaguas de la sociedad, una sociedad donde la agresividad es cada día más palpable y muy preocupante en la gente joven.
Prácticamente no he leído ninguna seudo opinión, salvo el hecho luctuoso del asesinato, en espera de tener los datos más precisos por parte de la guardia civil y el juez porque no creo que esas informaciones que pululan por algún medio de comunicación sean veraces porque no creo que el juez haya puesto a disposición de estos los datos de la instrucción. Para empezar se trata de dos chicos muy jóvenes, el de 13 años inimputable por su edad y al de 15 sólo se le pueden aplicar medidas correctoras conforme nuestras leyes (Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia y otras). A día de hoy falta información y en los próximos días sí se podrá analizar cómo se ha llegado a esta situación, hace falta que pase el tiempo para poder opinar.
Lo que está ocurriendo desde hace ya bastantes años es que se han cambiado los principios, respeto y la jerarquía en la familia, en la escuela, en la docencia y en todos los ámbitos en general existe establecida una violencia filio parental, agresiones físicas y orales, insultos, amenazas, etc. Se ha escrito mucho sobre la violencia de los hijos a los padres, que es una verdadera pandemia que no se puede erradicar pero ¿cuáles son las causas?. Muchas y variadas.
Se ha producido un cambio radical en la sociedad y en la valoración y tratamiento de los hechos de tal manera que no hay día que salga la noticia de que la policía tiene que intervenir para poner orden porque un adolescente ha pegado o amenazado a los padres. Los padres van perdiendo el miedo y la vergüenza y cada vez con más frecuencia lo comunican a la autoridad pertinente, a pesar de que sea un drama. Hay que partir de ese cambio en la estructura sociofamiliar como consecuencia de la evolución social, profesional, tecnológica que ha puesto nuestra sociedad patas arriba en muy poco tiempo. La sociedad ha evolucionado y no siempre para mejor en las distintas estructuras y el cambio no ha sido asumido por todos los miembros que componen la familia porque los principios que la sustentaban han mutado. Los jóvenes están sumergidos en las redes, en los entresijos del internet donde la información no siempre es la deseada cuando no se tiene madurez para digerir esa información.
La frase la hemos escuchado todos por parte de niños muy pequeños pidiendo un móvil a sus padres arrastrados por mimetizarse con los compañeros de colegio, los amigos y cada vez a edades más tempranas. ¡Y cómo no se lo den que se atengan a las consecuencias!
El respeto se ha perdido, la educación, los valores necesarios para la convivencia porque es ya habitual escuchar que un padre o una madre agrede al profesor, o del paciente que insulta al médico. Tenemos una sociedad muy permisiva que lo admite todo, los hijos pueden denunciar a los padres y empiezan a acuñarse el concepto "induvio pro nene" que quiere decir ante la duda, la razón la tiene el niño frente a la autoridad en contra de la opinión del padre o de la madre.
Se ha perdido el rumbo.
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