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Cantabria 22-11-2019 18:15

El Instituto de Investigaciones Prehistóricas organiza visitas guiadas a cuevas por su aniversario

El Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) ha organizado visitas guiadas a las cuevas de Covalanas, La Garma y El Castillo con motivo de su quince aniversario.

   Las visitas corren a cargo de los investigadores que más las conocen, como Pablo Arias, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, y Roberto Ontañón, director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), que han guiado el recorrido por La Garma.

   Se trata de un complejo arqueológico medio oculto en un monte del pequeño pueblo de Omoño, en el municipio de Ribamontán al Monte. Diez yacimientos y un castro prerromano en la cima del cerro hacen de este lugar, descubierto en 1995, un "icono" de la investigación prehistórica en general y del Paleolítico en particular.

   "Nos da información de todos los tiempos de la ocupación humana en la región, desde los primeros momentos hace unos 400.000 años hasta la Edad Media prácticamente, en una sucesión ininterrumpida", explica Ontañón, que la considera como "una especie de cápsula del tiempo".

   "Tenemos la ocupación más antigua de Cantabria y una de las más antiguas de toda la región cantábrica, con restos de habitación, de fauna e industrias asociadas de una especie que es más antigua que el Neandertal y que podría ser coetánea de la de la Sima de los Huesos de Atapuerca", recalca.

   Según el investigador, se dan además "contextos arqueológicos particularmente inéditos": es el caso de la inusual concentración de miles de restos de hace 16.500 años en las capas superficiales de su famosa Galería Inferior.

   Precisamente por ello y por ser un sitio "único en el mundo" según Arias, los arqueólogos han tenido que mantener el equilibrio entre conservación e investigación.

   La Garma es una mina: sus paredes, con pinturas y grabados, y sus 800 metros cuadrados de suelos alfombrados de restos prehistóricos. Precisamente por ello, y por ser un sitio "único en el mundo", según Arias, los arqueólogos han tenido que mantener el equilibrio entre conservación e investigación.

   "Nos hemos inventado métodos de trabajo y hemos aplicado también algunas técnicas innovadoras": datación de pinturas rupestres por espeleotemas (depósitos de minerales formados en las cuevas), estudio diferencial del magnetismo terrestre para detectar zonas de hogares que no se pueden ver a simple vista, determinación de restos de fauna a través de cadenas de proteínas que tienen los huesos..", señala.

  A LA VANGUARDIA

   En definitiva, el yacimiento ha estado "siempre a la vanguardia de la investigación arqueológica", con la máxima de poner por delante la conservación, "incluso por delante del avance del conocimiento", confiesa el investigador del IIIPC", explica Arias. "Para nosotros es clave dejar para las futuras generaciones este sitio privilegiado que hemos tenido la suerte de poder estudiar", señala.

   Desde su descubrimiento se excava en La Garma todos los años, con campañas que normalmente se hacen en agosto y congregan a decenas de investigadores -hasta 50- de todo el mundo. También durante estos casi 25 años, el esfuerzo por divulgar el trabajo arqueológico ha sido constante, lo que nace del convencimiento de los investigadores.

   En esa filosofía se enmarcan las visitas guiadas pero también conferencias, charlas, seminarios, exposiciones que se han celebrado desde el ámbito más local de Omoño y Cantabria hasta rincones dispersos del planeta, "desde Tokio hasta Buenos Aires", apunta Arias.

   Con imágenes reales tomadas en la cueva, la película `Memoria` nos sumerge en el universo de nuestros antepasados, para ver, casi tocar y sentir toda la experiencia de entrar en una verdadera cápsula del tiempo. Al salir, el recorrido por el MUPAC permite disfrutar observando una réplica de una zona de la cavidad, explicada en formato audiovisual, y varios huesos tallados, junto a restos igual de valiosos y bellos de las cuevas del Mirón, El Pendo o El Castillo.

   La ingente información obtenida hasta la fecha en La Garma seguirá completándose, porque "aún quedan capas por descubrir y joyas que desenterrar".

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