Una Europa responsable en un mundo global

Unas aportaciones que está previsto que aumenten, tanto en términos absolutos como porcentuales, en los próximos años, si los compromisos alcanzados en 2005 se cumplen. Compromisos que aparecen recogidos en el llamado “Consenso Europeo sobre Desarrollo”, aprobado el 20 de diciembre de 2005, que define las orientaciones generales de la política de desarrollo de la UE.

En el trabajo de elaboración de este documento se produjo un intenso debate entre dos posicionamientos: la concepción de la política de desarrollo como un aspecto supeditado a los intereses de la política exterior o como una política específica e independiente cuyo objetivo se centraría en la erradicación de la pobreza, enfoque que finalmente, para satisfacción de las organizaciones sociales, se impuso.

En cuanto a los contenidos específicos del documento, el Consenso Europeo consta de dos partes:

"La visión de la Unión Europea del Desarrollo” donde, por un lado, se refleja la visión común de los diferentes países sobre el desarrollo y se establece como objetivo global primordial la erradicación de la pobreza en el marco del desarrollo sostenible y conforme a las prioridades internacionales, en particular los Objetivos de Desarrollo del Milenio y por otro se adquiere el compromiso de aumentar los fondos de la AOD para alcanzar el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) en el año 2015, con el objetivo, intermedio, de llegar al 0,56% en 2010. En esta primera parte se recogen, también, cuestiones relativas a la eficacia de la ayuda y posibles mecanismos de reducción de la deuda que mantienen los países en vías de desarrollo.

“La política de desarrollo de la Comunidad Europea” que plantea la forma en que la Comunidad aplicará la visión europea del desarrollo, definida en la primera parte, con los recursos que se le han confiado, resaltando la complementariedad de la política de la Comunidad gestionada, básicamente por la Comisión Europea, con las políticas de los estados miembro. A partir de este planteamiento se van desarrollando, de manera más precisa, diferentes cuestiones relativas a: los diversos tipos y enfoques de actuaciones, ámbitos de trabajo, modalidades de ayuda, orientaciones para la asignación de recursos, etc.

En 2007 ha comenzado un nuevo ciclo de 7 años (2007-2013) en la planificación de la ayuda de la UE, dotado con 51.000 millones de euros, que incluye la exigencia, a los países receptores de la ayuda, de establecer planes, Documentos Estrategia País, que reflejen sus propias estrategias de desarrollo.

Para la Comisión Europea en particular, y en general para la UE, la promoción de la liberalización de mercados es un objetivo clave de su política exterior. Sobre esta base, la Comisión está buscando activamente la forma de asegurar acuerdos de libre comercio en todo el mundo, países en desarrollo incluidos.

Por su parte el Parlamento Europeo ha utilizado sus nuevos poderes para revisar los borradores de los planes y ha identificado, en los planes para Asia y Latinoamérica, varios ejemplos donde la propuesta de la Comisión recogía actividades incompatibles con los objetivos del programa de ayuda de la UE, incluyendo acciones relativas a seguridad y antiterrorismo.

El compromiso de transparencia e inclusión que la UE mantiene, ofrece muchas oportunidades a la Sociedad Civil para incrementar su implicación en la planificación e implementación de la política de cooperación al desarrollo. Ello dependerá, sin embargo, del trabajo conjunto entre la sociedad civil europea y de los países en desarrollo, para asegurar que los compromisos y la retórica de la UE se conviertan en realidad.

La adopción de los Documentos Estrategia País supone una fase inicial de la planificación de la ayuda de la UE, pero los Programas de Acción Anuales y las Revisiones Intermedias previstas en las estrategias de cada país suponen, también, una oportunidad para posteriores y más profundas implicaciones.

ACSUR reivindicamos una Europa responsable en un mundo global. Una Europa que se constituya como sujeto frente a los retos económicos, sociales, culturales y políticos del mundo que nos ha tocado vivir. No una Europa cualquiera, sino una Europa comprometida, abierta, radicalmente democrática hacia fuera y hacia dentro, donde se revise, con autocrítica, lo que hacemos y que plantee nuevos espacios de cooperación y solidaridad.

Esta Europa que necesitamos requiere, desde el punto de vista de ACSUR, de una ciudadanía crítica, solidaria, fuerte y decidida.