Noticias de Cantabria
16-10-2007 20:48

Otro mundo es posible

RAFAEL GOSENJE: "El impulso, asumido fundamentalmente por Naciones Unidas, permitió la celebración, en la década de los 90, de varias cumbres temáticas, que abordaron la situación mundial desde una perspectiva global".

 

 

17 de Octubre: Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

 

No hace muchos años que, los organismos internacionales y gran numero de economistas consideraban que el impulso al desarrollo y la erradicación de la pobreza serían consecuencias lógicas del crecimiento económico, Sin embargo, aunque el crecimiento ha sido espectacular en las últimas décadas y las condiciones de vida han mejorado notablemente, la desigualdad ha aumentado de manera dramática hasta producir una “brecha” admitida, incluso, por los más optimistas. 



 

El impulso, asumido fundamentalmente por Naciones Unidas, permitió la celebración, en la década de los 90, de varias cumbres temáticas, que abordaron la situación mundial desde una perspectiva global. Las propuestas que salieron de las cumbres sobre desarrollo sostenible, desarrollo social, mujer, población, infancia, derechos humanos y alimentación, exigían medidas multilaterales y globales de actuación que se han quedado en realizaciones parciales cuando no en incumplimientos totales, fundamentalmente por la falta de voluntad política para adoptar las medidas necesarias y destinar los recursos suficientes.

 

Es finalmente en la Cumbre del Milenio, celebrada en New York el 8 de septiembre del año 2000, cuando 189 Jefes de Estado y de Gobierno firmaron los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) , que suponen una síntesis y el relanzamiento de algunos de los principales compromisos de lucha contra la pobreza adoptados en las décadas anteriores.

 

Estamos ante un compromiso sin precedentes, que se ha convertido en un acontecimiento fundamental en la historia de las Naciones Unidas, en el que se aborda, de una sola vez, la paz, la seguridad, el desarrollo, los derechos humanos y las libertades fundamentales. En definitiva y en palabras del entonces Secretario General de Naciones Unidas Kofi Annan, Un concepto más amplio de la libertad: desarrollo, seguridad y derechos humanos para todos”, porque no tendremos desarrollo sin seguridad, no tendremos seguridad sin desarrollo y no tendremos ninguna de las dos cosas si no se respetan los derechos humanos”.

 

Los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, que van desde reducir la pobreza extrema a la mitad y lograr la educación primaria universal hasta reducir las altas tasas de mortalidad infantil y maternal y detener la propagación del VIH/SIDA, constituyen un programa -acordado por los 189 países que lo firmaron y ratificaron y por las principales instituciones del mundo dedicadas al desarrollo: Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM)- que establece un conjunto de objetivos de gran envergadura, pero materialmente posibles, a conseguir a más tardar en 2015.

 

¿Por qué son tan importantes los Objetivos de Desarrollo del Milenio? Hay cuatro razones, desde mi punto de vista, que justifican esta importancia:

 

  • Primera, los Objetivos de Desarrollo del Milenio están centrados en el ser humano, deben cumplirse dentro de un plazo definido (año 2015) y se pueden medir.

  • Segunda, están basados en una alianza mundial que hace hincapié en la responsabilidad de los países en desarrollo de poner orden en sus propios asuntos, así como en la de los países desarrollados de apoyar esos esfuerzos.

  • Tercera, cuentan con un apoyo político sin precedentes, manifestado en los niveles más altos de los países desarrollados y en desarrollo, de la sociedad civil y de las principales instituciones de desarrollo.

  • Cuarta, son objetivos alcanzables porque nunca en la historia de la humanidad hemos dispuesto de los medios económicos y tecnológicos para acabar con la pobreza y con capacidad para garantizar la alimentación del doble de la población mundial actual.

 

 

Sin embargo, cuando nos encontramos en el ecuador del plazo que la comunidad internacional se dio para hacer de nuestro mundo un lugar más justo, más igual y más seguro, en definitiva, un mundo más decente, los datos nos dicen que no llevamos un paso adecuado para que en 2015 se cumplan los mínimos que suponen los ODM; porque, para quienes creemos en los valores de libertad, justicia y solidaridad, conseguir reducir a la mitad los millones de personas que padecen hambre, que exista educación primaria para todos, que nadie muera de enfermedades para las que existen tratamientos médicos o que las mujeres no sufran la doble discriminación a que se ven sometidas, no pueden ser considerados más que como un programa de mínimos.

 

Vemos con preocupación como el antiguo imperialismo ha sido sustituido por unas formas más sutiles, pero no menos injustas, con las que, a través de organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI), se imponen a los países asfixiados por la deuda externa y la pobreza, formulas de fundamentalismo neoliberal –privatizaciones y liberalizaciones de sectores públicos básicos para el desarrollo de esos países- que, en la mayoría de los casos, van en contra del cumplimiento de los Objetivos del Milenio.

 

La pobreza mata más que las guerras o el terrorismo pero de ella se habla poco, y de sus causas mucho menos. Aunque no sea noticia, aunque no interese profundizar en el por qué, aunque a la mayoría de los gobiernos de los países ricos les de miedo descubrir que quizás son parte del problema -por mantener mecanismos como aranceles, cupos de importación, subsidios a la exportación, entre otros, que permiten exportar productos por debajo del precio de coste e impiden que los países pobres exporten sus productos, limitando sus posibilidades de desarrollo o por mantener una deuda injusta e ilegítima que impide que esas cantidades se inviertan en recursos para acabar con la pobreza en la que vive su población- no hay tarea más urgente ni más importante que erradicar la pobreza en el mundo.

 

Por todo ello, y por nuestra propia seguridad, es importante que quienes creemos, ya sea desde las instituciones o desde la sociedad civil, que OTRO MUNDO ES POSIBLE, asumamos nuestra responsabilidad para trabajar día a día en la consecución de ese otro mundo y para ello participemos, “codo con codo” en la concentración del próximo sábado, día 20, compartiendo las máximas complicidades y alianzas.



RAFAEL GOSENJE ROUCO

Presidente de ACSUR-Las Segovias

y de la Coordinadora Cántabra de ONGs para el Desarrollo.

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