Noticias de Cantabria
29-04-2008 10:45

McCain, McRajoy, McGallardón

Aunque a algunos pueda sorprenderles este título, viene éste a cuento porque la actual descomposición ideológica de la derecha española anidada en el PP cabe hacerla también extensiva, al menos en una pequeña porción, a un sector de la derecha norteamericana, particularmente al entorno de John McCain.

 Por eso, a lo de "McCain, McRajoy, McGallardón…", cabría añadir "y otros macpeperos y gringos de la misma condición". Más allá de la broma, el asunto no es banal. Sería injusto, es verdad, equiparar del todo la diarrea ideológica en el seno del PP en España con la empanada mental que aquí muchos observamos atónitos también en las filas del GOP, o sea el Partido Republicano. Mas, por lo mismo,  sí es justo señalar ciertos paralelos entre ambos escenarios políticos en la derecha transatlántica.

McCain –como McGallardón siempre y como McRajoy últimamente- personifica mejor que nadie esa actitud de continuo guiño y hasta obediencia intelectual a la progresía. Conocidos son los constantes abrazos de McCain a los senadores del actual Partido Demócrata, que es una especie de PSOE aunque algo mejorado pero igualmente giliprogre y demagógico. Y también, como el PSOE, poco democrático, según prueba el fiasco que se viene con los "superdelegados" que es otra farsa del sistema de primarias "Demócrata", como veremos todavía en las próximas semanas en la lucha Obama-Clinton. Volviendo a McCain: tanto y tan sublime es el amor maccainita por esos "Demócratas", "moderados" e "independientes" que a ellos habla y a ellos se dirige mientras ningunea a los conservadores que –por el voto cautivo- no tienen otra opción. Un poco, en fin, como en España... aunque sin suspiros. Y es que, con esos mismos progres estuvo McCain ya a punto de acostarse en el 2000 tras perder las primarias y con esos también estuvo casi listo para mudarse de chaqueta e irse de vicepresidente con John F. Kerry, a petición de éste, según han dado cuenta varios diarios hace unas semanas.

Durante los días previos al "supermartes" de febrero algunos no dejamos de escribir sobre la más que dudosa coherencia ideológica de McCain respecto a la derecha conservadora norteamericana. Afirmamos entonces, como ahora, que McCain podrá ganar posiblemente la presidencia pero que será difícil que lleve adelante iniciativas reales. Y no sólo por la más que posible mayoría Demócrata en las dos cámaras, sino también porque McCain tiene en poca estima el ideario conservador. Si en España ya McRajoy y McGallardón han renunciado a los principios de Thatcher o Reagan para atacar a quienes se mantienen fieles a esos principios, valga decir que en Estados Unidos, también McCain –que es el padre fundador del servilismo y la derecha idiotizada y progre en esta orilla- también se dedica a despreciar en cuanto puede a los conservadores de su propio partido. Así lo confirma el último episodio en Carolina del Norte, al hilo de un anuncio contra Obama elaborado por parte del GOP estatal, condenado y casi censurado por el buenismo majadero de McCain. Y eso, a la vez que aprovechaba un viajecito a Nueva Orleáns para criticar a estas alturas a Bush por lo del huracán Katrina… e ignorar a quienes le exigimos un ticket electoral con vicepresidente conservador.

Ya sabemos que las comparaciones no pueden nunca resultar exactas pues ya quisiera el PP para sí buena parte de las personas que hoy mueven el movimiento conservador en el Partido Republicano. Sin embargo, lo cierto es que aquí en Estados Unidos, como allá en España, cada vez resulta más visible y preocupante la creciente importancia de estos capitostes de la derecha idiota y acomplejada y su fractura con la base votante ciudadana: la que busca soluciones e iniciativas reales sobre el cimiento de un ideario plenamente ubicado en principios como los de Thatcher o de Reagan. McCain, cierto es, siempre será mejor que McRajoy y McGallardón juntos. Aun así, todos estos figurones –como muchos meapilas de su círculo- siguen ignorando -por un lado- el reclamo verdaderamente conservador de un amplio sector de su base social y -por otro-prosiguen babeando ante su idílica y errada visión de la progresía.

Hoy entendemos bien que ni McRajoy ni McGallardón son lo que necesita la derecha española. También sabemos, sin que el paralelo sea exacto, que McCain no es tampoco el mejor líder para la derecha norteamericana: ahí están sus adulterios con la izquierda al despreciar inicialmente y votar en contra de la rebaja de impuestos de Bush; allá recordamos sus esfuerzos por liderar la banda de los catorce filibusteros en el asunto de la nominación judicial del juez Alito; por ahí aparecen sus recientes ataques a Bush por lo de Katrina o la cantinela contra la base de Guantánamo y el tema de la supuesta tortura; por allá se airea su locura progre con la farsa del calentamiento global a lo Gore, aparte de sus constantes dudas a la hora de enfrentarse con fuerza a Obama o a la Clinton. En suma, que detrás del viejo veterano de guerra, McCain es también un maricomplejines a lo gringo. Con distintas modulaciones y caretas, este abandono de principios constituye la gran tragedia de la derecha ideológica, aquí y allá, nos guste o no. Lo bueno es que aquí al menos –gane o pierda McCain- su figura pasará y volverá a haber primarias dentro de cuatro u ocho años…Lo mismo sería deseable para España... y cuanto antes, mejor.

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Comentarios(1):

Caos - 30-04-2008

Bonita foto, muy buena elección, los tres con su mejor cara... La derecha no funciona, pero la izquierda tampoco. Quizás es hora de replantearse las cosas y proponer un cambio radical. La politica necesita un lavado de cara.