Los alumnos III

¿Y los alumnos, nuestros alumnos de hoy….?
Pues los hemos convertido en los reyes de las familias y en muchas ocasiones hacen lo que les viene en gana, sin que sus padres, la propia sociedad y la escuela sean capaces de enderezar el rumbo de sus caprichos, ya que la propia Administración ha generado un ambiente social de cierta impunidad. No puede ser que algunos padres no sean capaces de aguantar a sus hijos.. ¡Y que no se les ocurra utilizar la más mínima violencia, porque se las verán con los jueces…!.

Es cierto que hemos ampliado la edad de la educación obligatoria, lo que supone una mayor generalización y extensión de la educación; pero no es menos cierto que el nivel de exigencia familiar, social y escolar ha disminuido… ¡Y tengo serias dudas de que la formación de nuestros alumnos haya mejorado como pretender hacernos creer algunos!.

…Pensando en ello, quiero expresar en voz alta estas reflexiones desde la perspectiva histórica:

- La educación es una de las facultades humanas que nos distingue del mundo animal: nos prepara para resolver situaciones y problemas y nos permite transmitir lo aprendido. En esto se basa el progreso de la Humanidad, pues los pájaros siguen haciendo los nidos igual que hace miles de años, mientras el hombre ha perfeccionado la técnica y nuestras viviendas son cada vez más complejas… ¡Hemos ido creando artilugios cada vez más sofisticados!

- Tradicionalmente la educación ha correspondido siempre a toda la tribu y así sigue siendo y así debiera seguir y eso es mucho más importante en nuestros tiempos; lo que ocurre es que nuestra tribu es muy grande: los padres, los maestros, los compañeros, los vecinos, los transeúntes,… ¡y los potentes medios de la moderna tecnología de la información y la comunicación!.

- La educación institucionalizada es relativamente moderna; dejando a un lado las referencias históricas de la educación en la cultura clásica de Grecia y Roma, las Etimologías -el Trivium y el Cuadrivium- de San Isidoro de Sevilla, la Escuela Palatina de Aquisgrán, las escuelas monacales, el nacimiento de las primeras universidades aún en la época medieval o la aparición de la Imprenta de Gutenberg en el siglo XV…

- …Sería la Ilustración la época en que se tomó conciencia de la importancia de la educación y a partir del siglo XVIII se ha ido generalizado hasta nuestros días en que se ha hecho gratuita y obligatoria para un amplio tramo de edad.

Los alumnos son el objeto del proceso educativo, lógicamente dentro de un contexto general social, y son los menos culpables del deterioro educativo que se percibe en el sistema educativo español en general y en Cantabria de forma particular.
Desde muy pequeños, ya los niños se han acostumbrado a tener de casi todo: si lloran, si piden, si se encaprichan… Los mayores, sobre todo los padres, les hemos dado de todo, no hemos querido que carezcan de nada y quizás así hemos contribuido a que sean unos pequeños dictadorzuelos en muchos de nuestros hogares y, por extensión, en la Escuela.

Tanto les hemos querido proteger, que los hemos defendido a capa y espada, incluso cuando el docente, con el mejor de los criterios, les ha intentado enseñar, educar e incluso contradecir o reñir… ¡Cómo no les vamos a defender!. Y a veces, algunos padres han ido a los centros a recriminar a muchos docentes su trabajo riguroso y honrado y han echado por tierra su intento educador. ¡La colaboración entre padres, profesores y alumnos es básica!.
Los alumnos tienen falta de motivación y autoridad ya desde la familia y la educación es una tarea fundamental en el seno de la familia y esto condiciona más de lo que creen algunos.

Esto no es nada nuevo, pues también entre los miembros de la familia suele haber discrepancias y ello siempre va en detrimento de los propios niños. Aún tengo fresca en mi memoria un caso de un alumno de ESO que comenzó sus estudios muy bien, pero en un momento determinado su familia comenzó a tener problemas y me decía la madre que cuando le mandaba hacer los deberes y estudios, el padre llegaba a decir: “No hagas caso a tu madre…” y cuestiones aún más espinosas. El matrimonio acabó separándose, el alumno solía ir los fines de semana con su padre y, según la madre, “en dos días destruía el trabajo que ella intentaba hacer durante el resto de la semana”; el rendimiento de este alumno bajó de forma dramática, acabó en una clase de Educación Compensatoria y hasta su comportamiento se resintió de forma manifiesta… ¡Qué pena!.

Pues estos alumnos, unos con algún problema y otros con familias preocupadas y muy conscientes de su papel, son los que llegan a los centros, con su mochila, sus ilusiones y sus problemas personales y familiares…
Por ejemplo, en la ESO, dónde he ejercido hasta el curso pasado, llegan todos los alumnos, con niveles de formación y expectativas muy diferentes, incluso aquellos que no tienen interés por el estudio y “ni estudian ni dejan de estudiar” y así el nivel baja considerablemente; curiosamente estos alumnos podrían haber aprendido un oficio de fontanero, carpintero o pintor y saldrían formados y dispuestos a ejercer una profesión digna, cosa que no ocurre actualmente con muchos que con 16 años no aprueban y se sienten defraudados…

¿Consecuencias? El último y reciente Informe PISA publicado, no deja en buen lugar a los alumnos y la Educación en España, pues nos coloca en el puesto 26 de los 34 países de la OCDE, después de haber evaluado a 27.000 estudiantes españoles; algo hemos mejorado respecto al último informe de 2006, volviendo a los datos del año 2003, pero seguimos por debajo de la media general y de la media de la OCDE. Veamos algunos datos significativos:
- Tanto en comprensión lectora como en matemáticas y ciencias estamos por debajo de la media de la OCDE. Por delante tenemos a países como Corea, Finlandia, Japón, Canadá, Australia,… De la Unión Europea casi todos están por encima de España.
- Cantabria se encuentra un poco por debajo de la media de la OCDE y  en cuanto a Comunidades Autónomas, detrás de Castilla y León, Madrid, Navarra, Rioja, País Vasco,… Existe una gran diferencia entre unas regiones y otras y así Andalucía, Canarias y Ceuta y Melilla se encuentran a la cola (La Comunidad Valenciana, Extremadura y Castilla La Mancha no han participado). Cantabria ha bajado puestos respecto a las demás Comunidades Autónomas.

- En España existen unos resultados muy dispares entre Comunidades Autónomas y tenemos un 36 % de fracaso escolar en alumnos con 15 años, lo que puede implicar un cierto riesgo de exclusión social.

- Las alumnas superan a los chicos en comprensión lectora, lo que no ocurre en Matemáticas y Ciencias. Existe escasa afición lectora, especialmente en los chicos.

- Los alumnos inmigrantes tienen unos resultados mucho más bajos en comprensión lectora; aunque Madrid, con muchos más inmigrantes que Cantabria, sale mucho mejor parada. Pero este aspecto aún tiene peores resultados en aquellos alumnos que hablan en clase una lengua diferente a la que emplean en su casa; curiosamente en este caso se dan paradojas hipócritas como es el hecho de que el presidente de la Generalitat, Sr. Mas, adalid del catalanismo, lleva a sus hijos a un centro plurilingüistico (catalán, castellano, inglés y francés) para darles a sus retoños lo que niega –y parece que perjudica- a los demás.

- Lo que si ha empeorado es la disciplina y los propios estudiantes así lo reconocen: no escuchan al profesor en las clases, dónde reina a veces ruido y desorden; hacen perder el tiempo al docente y a ellos mismos…

Y ante esto, ¿qué dicen los responsables educativos? Pues en el Ministerio de Educación dicen que “no es significativo”, es decir, todo va normal; y nuestra Consejera de Educación “valora positivamente el informe PISA (…) y en Cantabria tenemos un sistema altamente equitativo, como lo demuestra la escasa diferencia de los resultados entre los centros”. ¡Así que no hay problema…!. Bien pareciera de que están instalados en un discurso exclusivamente propagandístico y de imagen.

Tal es la situación que muchos llaman a los alumnos de las últimas promociones “alumnos de la LOGSE”, por el daño que la citada Ley ha hecho a millones de escolares de nuestro país, “disminuyendo el nivel de conocimientos a impartir y eludiendo el principio educativo del esfuerzo personal…”, aunque también es cierto que generalizó la educación obligatoria hasta los 16 años. La pretensión de crear una sociedad igualitaria nos llevó a la “enseñanza comprensiva” y a igualar a todos por abajo y así nos ha ido. Tan es así que se suelen adscribir a los alumnos por su edad, independientemente del nivel académico; es decir, si tienes 19 años, ya puedes estar en 2º de Medicina.

Cuando ponemos la vista en la Universidad, podemos observar que ninguna universidad española se encuentra entre las 100 mejores del mundo. ¡Esta ya es otra reflexión!.

La solución es clara: es preciso un esfuerzo nacional para generar un Pacto por la Educación, dónde la exigencia del esfuerzo sustituya a aquel dicho de “aprender jugando”, que tanto daño ha hecho a la educación.
Hay cuestiones en dónde “hemos perdido el norte” como nos ha dicho hace poco en Santander el juez Emilio Calatayud; y cita temas como la educación sexual, dónde se dan situaciones chocantes como que una chica a los 12 años pueda adquirir la píldora del día después o a los 16 pueda abortar sin el conocimiento de sus padres, aunque sin su presencia no podrá declarar ante un juez o hacer muchos trámites administrativos.

En cuanto al ocio, muchos adolescentes van por libre, lógicamente, y se dan situaciones como el botellón de fin de semana –la “movida”, como diría el Prof. Tierno- y nos encontramos con jóvenes de 12 y 13 años que son borrachos de fin de semana, como nos recuerda el citado juez Calatayud.
Los propios alumnos generan un ambiente de ausencia de estímulo y si un alumno osa por esforzarse y trabajar, acabará siendo un “empollón”, un “pringao” y puede ganarse el desprecio y aislamiento de sus propios compañeros. Es absolutamente imprescindible generar un clima de exigencia, disciplina, autorresponsabilidad, esfuerzo,… que nos puedan poner en la pista de salida de la excelencia y no de la mediocridad.

Con estos mimbres y los que me he dejado por el suelo, estamos creando alumnos poco formados e inseguros… ¿A dónde vamos a ir a parar?. Es preciso potenciar las relaciones paterno-filiales y, en todo caso, no se puede dejar en manos del Estado la educación, como pretende nuestro actual gobierno socialista, que desea  entrometerse en lo que son derechos naturales de los padres.

Fotos:

El autor con un grupo de alumnas, de las cuales fue tutor en el curso 1975-76. ¡Ya ha llovido desde entonces!