Noticias de Cantabria
07-06-2011 22:37

La verdadera generación Nini

Existe un término muy en auge en nuestra sociedad. Curiosamente, los que prodigan tal vocablo y lo adoptan como propio, viven en un colchón de bonanza y diversión en el que nada es lo que parece. Generación Nini; esa que oculta y enmascara connotaciones aún más dantescas. Esa de los que ni trabajan ni necesitan hacerlo.

 Tiempo ha de ese programa que revolucionó la mente conservadora de unos “ojipláticos” consumistas de televisión “basura”. En efecto, entre niñas que abortaban con la misma impunidad con la que un fumador tira colillas en la calle; y niños cuyo motivo de orgullo es lucir un coche, premio por suspender 4 y no 7 de las asignaturas que tienen, se encuentra la verdadera generación Nini. Cuanto daño están haciendo los nuevos “progresos”, que lejos de convertirse en motivo de liberación están pasando a ser el pesado yugo de esta juventud.

En medio de tanta paradójica hipocresía social, yo, joven, mujer y con estudios, propongo un nuevo significado para la generación Nini: esa que ni puede trabajar ni puede costearse seguir estudiando. Generación Nini es esa fruto del desánimo, la frustración, y la desesperación más absoluta. Y sobre todo, es esa hija del desamparo político. Muerta me quedé al oír las declaraciones hace unos días de nuestro querido gobierno: “hay que pedir a nuestros jóvenes que no pierdan la esperanza y sigan formándose”. A lo que yo respondo: “¡ojalá!”. Ojalá podamos seguir formándonos y ojalá la esperanza pase a ser el leit motiv de nuestros días inciertos. Señor Zapatero, lamentablemente la situación es otra, los jóvenes no podemos ser dueños de nuestro destino, y usted no hace sino mirar los toros desde la barrera. Aquí servidora no es ni de un lado del hemiciclo ni del opuesto, soy del partido de la realidad. Tantos ejemplos como pelos tengo en mi cabeza podría dar para sostener mi opinión, pero no lo hago por pura y mera vergüenza social. Los jóvenes de hoy estamos condenados a un futuro borroso del que no podemos sino inventar formas para escapar. ¿Los afortunados? Unos, seguirán preparándose; otros trabajarán en cualquier cosa que con altas probabilidades nada tendrá que ver con el título que tanto esfuerzo les costó sacar. Me encantaría entrar en las fantásticas condiciones de semejantes gangas laborales, pero como bien dice mi madre: “para qué meter los dedos en la llaga”. En cuanto a los menos, la emigración forzosa ya no se convertirá en una elección personal para adquirir experiencia profesional. Será una posibilidad real de entrar en un país en la que estar “demasiado cualificado” ya no será un motivo de descarte en un proceso de selección. Será una opción para empezar a cotizar los 38.5 años que con suerte nos permitirán jubilarnos antes de los 70. Será, simple y llanamente, un exilio obligado

Esta es la realidad, esta es la verdadera generación Nini, la de los jóvenes formados y capacitados que consumidos por la desilusión, ya no sabemos ni que camino tomar. A todos vosotros os digo, ¡no os rindáis! Nos iremos, pero volveremos, porque para los que España aún es un sentimiento, ya lo dice la canción: “Adiós mi España querida, dentro de mi alma te tengo metida”.

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Comentarios(1):

Manu - 09-06-2011

Totalmente de acuerdo contigo Victoria, yo no podría haber descrito tan claramente la situación actual de los jóvenes españoles, ni el futuro (negro como el carbón) para todos los que además de jóvenes tienen un o varios títulos superiores (que como bien dices en otros países son puntos positivos en un proceso de selección). Un saludo.