Noticias de Cantabria
07-02-2011 12:00

La sociedad II

Como dice el profesor y filósofo José Antonio Marina, los alumnos deben ser educados por toda la tribu. ¿Qué nos pretende decir el insigne profesor?. Pues algo tan sencillo como que educar es cosa de todos: de la sociedad, de la Administración, de los medios de comunicación, de los amigos,…


 ...además de los padres y los profesores. Y quiero profundizar en un aspecto que preocupa a amplios sectores educativos como es la influencia de la televisión, dónde se producen con mucha frecuencia valores contrapuestos a los que trata de impartir la escuela: violencia, erotismo, consumismo, superficialidad, mediocridad… Así tenemos a una tal Belén Esteban, la llamada “princesa del pueblo”, que hace gala de su mala educación y que tiene una audiencia espectacular, supongo que enriqueciéndose en su “cachet” y en los ingresos del empresario.


En mi último año de docencia, el curso pasado, realicé una salida con los alumnos de la ESO a ver varios lugares de interés en el centro de Santander y para ello utilizamos el autobús de línea, que nos recogería casi en el comienzo de su recorrido, en el Alisal; les previne a los alumnos de que llenaríamos el autobús y que después se iban a subir personas mayores, imposibilitadas, con niños pequeños, etc., lo que entendieron perfectamente. Ocuparon respetuosamente el autobús y unas cuantas paradas más adelante, un niño al ver a una persona mayor, le ofreció su asiento, a lo que una señora de no muchos años que se encontraba a su lado, le replica al niño: “¡Tú no tienes que dejar el sitio a nadie!, has pagado tu billete…”. El niño me miró sorprendido de reojo y yo no intervine para evitar males mayores ante aquella buena señora que hablaba a gritos y me había roto todo mi discurso educativo.


Por otra parte, la sociedad española se ha visto, ¿sorprendida?, con un nuevo y desolador suspenso del sistema educativo a través del Informe PISA, dónde nos coloca en el puesto 27 de los 34 países de la OCDE en los que se ha hecho el referido estudio; seguimos por debajo de la media y por debajo de casi todos los países de la Unión Europea y dónde dos aspectos son importantes: el fracaso escolar y el absentismo. La situación no es para tirar cohetes, sino para analizar seriamente sus causas y poner las adecuadas soluciones.


Los datos más recientes publicados esta semana por la Comisión Europea, nos dicen que tenemos el 31,2 % de abandono escolar, la misma tasa que Portugal y sólo superados por Malta y Turquía.


Tampoco en Cantabria se han obtenido buenos resultados en el Informe PISA, obteniendo menos puntos respecto a la media de hace tres años; aunque bien es verdad que hemos superado a algunas Comunidades y también hemos sido superados por otras como Castilla y León, Madrid, Cataluña, País Vasco,… Se ha mejorado en comprensión lectora, pero se ha bajado en matemáticas.


El periodista Jiménez Losantos lo describe con gran crudeza: “El último Informe PISA sobre la calidad de la enseñanza secundaria en los países de la OCDE es desolador para España. Uno de cada cinco alumnos tiene dificultades para entender lo que lee o, sencillamente, no entiende nada y nada aprende. El problema lo solventan no leyendo jamás: ojos que no leen, corazón que no siente; el paraíso del analfabetismo funcional. Más de un tercio del alumnado repite curso, y todavía más, casi la mitad, repite en Andalucía, cenicienta de las comunidades autónomas…”.


Por lo tanto, no es de extrañar que el dirigente socialista Ángel Gimeno Marín diga, dando un portazo, que “la educación tiene  perfiles tercermundistas”.
Nos recordaba hace poco en Santander el juez Emilio Calatayud que “creo que hemos perdido el norte en la educación (,,,) vamos a recuperar el sentido común; lo que hay que hacer es fomentar el trabajo y el esfuerzo”. Me alegra saber que algunas de nuestras autoridades educativas hayan cambiado el registro y en la reciente celebración del Día del Docente, la propia Presidenta del Consejo Escolar del Estado haya apelado al esfuerzo, recuperando y reinventando una filosofía que algunos llevamos décadas reivindicando y que esta manifestación pública no se quede en una opinión acomodaticia y electoral.


La educación no puede ser objeto de lucha política, pues ya vemos los resultados; y debemos ser conscientes de que la educación es la base del conocimiento, de la formación de nuestros jóvenes y del futuro desarrollo.


La cuestión es la siguiente: ¿Qué sociedad tenemos y qué sociedad queremos?. Pues en estos momentos podemos apreciar en nuestro país una auténtica crisis de valores que, evidentemente, se reflejan en la Educación.
De forma certera, Nicolás Sarkozy lo ha definido bastante bien; recojo algunos de sus párrafos:


“Desde 1968 no se podía hablar de moral.  Nos impusieron el relativismo. La idea de que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes. Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente.


Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían  terminado, que no había nada sagrado, nada admirable.  El slogan era vivir sin obligaciones y gozar sin trabas.


Quisieron terminar con la escuela de excelencia y del civismo.
Asesinaron los escrúpulos y la ética. Una  izquierda hipócrita que  permitía indemnizaciones millonarias a los grandes directivos y el triunfo del depredador sobre el emprendedor.


Esa izquierda está en la política, en los medios de comunicación, en la economía. Le ha tomado el gusto al poder.  La crisis de la cultura del trabajo es una crisis moral.  Hay que rehabilitar la cultura del trabajo.


Defienden los servicios públicos pero jamás usan transporte colectivo.
Aman mucho a la escuela pública pero mandan a sus hijos a colegios privados. Adoran la periferia pero jamás viven en ella. Firman peticiones cuando se expulsa a algún ocupa, pero no aceptan que se instalen en su casa. Son esos que han renunciado al mérito y al esfuerzo y que atizan el odio a la familia, a la sociedad…


Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los derechos”.
¡No podemos olvidar que la Educación es el reflejo de la sociedad!. Y recordemos que la crispación política y social existente en nuestra sociedad, indudablemente, también va a extenderse al espacio educativo y ello va a contribuir a deteriorar la educación.

Por ejemplo, cuando viajo en el autobús, cosa que suelo hacer con frecuencia, observo a los estudiantes con sus mochilas a la espalda, dando mochilazos a diestro y siniestro y nunca he oído pedir disculpas a nadie, lo que en otros países de nuestra Europa sería inconcebible.

Y que esta sociedad debe luchar para conseguir un nuevo sistema educativo, consensuado entre todos los sectores políticos, sociales y educativos; y esta sociedad debe ser consciente de que el futuro depende de la educación que reciban las generaciones más jóvenes; y aún más, es difícil desarrollar una adecuada educación si no existe una convivencia mínima en los centros, si no hay el suficiente sosiego y si no se implican todos los sectores sociales, toda la tribu.

 

 

Fotos:

El autor visitando el Congreso de los Diputados con un grupo de alumnos, hace ya cerca de treinta años. Las visitas son un medio de aprendizaje de la convivencia fuera del aula y de la propia familia, además de una forma de adquirir experiencias vitales para toda su existencia…A la derecha, dos modelos de los muchos que yo he conocido dónde se registran los datos académicos del alumno; hemos cambiado mucho en esto y en otros aspectos, como la forma de plasmar las notas, con eufemismos del tipo de “necesita mejorar”, que pretende no decir a un alumno que suspende, para no traumatizarlos…

 

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