Noticias de Cantabria
15-10-2012 13:00

España ni es silente ni es imbécil

Llevo tres cuartos de mi vida fingiendo ser idiota queriendo ser indiferente y sólo un cuarto de los años aceptando lo idiota que he sido durante mis tres cuartos anteriores.Hoy me da vergüenza ser democráticamente española.

                              

 No tengo mi alter ego encaramado en lo alto de un desván sin escalera. Simplemente son cosas de la edad.  Y ahora que me llega ese momento, en el que con la indiferencia me aburro como un hongo y decido ser socialmente activa, no me dejan.

 Hoy me da vergüenza ser democráticamente española. Y entiéndase bien esta frase que no está vacía de patriotismo ni de amor a mi país, sino todo lo contrario. Es bochornosa la imagen que estamos dando en el exterior. Es un espectáculo tristemente denigrante para el emigrante que vive fuera intentado salvaguardar su futuro, que para más “INRI”, no puede estar ligado al país en el que se formó por cuestiones que huelgan en la evidencia. Y aunque yo me considero privilegiada en grado sumo al haber podido elegir el marcharme, eso no me impide hablar en nombre de un dilatado conjunto de españoles expulsados de las fronteras como sendos apestados.

 Me da vergüenza que me ninguneen como la marginada de Europa.  Me da vergüenza ir a hacer la declaración de la renta alemana y que me llamen “pobre” a la cara porque, palabras literales, “bueno, no tendrás ayudas del gobierno porque tu gobierno no tiene dinero”. Y no porque haya algo indigno en serlo, si no porque soy pobre por voluntad ajena. Soy pobre por una burda bandada de políticos incompetentes, corruptos, sanguijuelas que decidieron cincelar las curvas angostas de mi porvenir. ¡Soy pobre porque me han robado la posibilidad hasta de vetarlos y no votarlos! Esto no es España.

 Esto me recuerda más a los prolegómenos de la revolución rusa que dio caída al régimen zarista, sólo que los bolcheviques son la nueva clase media y el zar el putrefacto sistema político español. Y el gobierno tiene los santos bemoles de decir que la mayoría de la sociedad no habla y que es una minoría la que se pronuncia. ¿En serio? ¿Ustedes se han pensado que los españoles somos retrasados, iletrados o lo que es peor, impasibles? Pero no se preocupen. De su error vendrá su castigo, se lo aseguro.

 He leído mucho últimamente. No medios comprados o políticamente orientados, sino blogs de gente de la calle con mis mismos problemas y preocupaciones. Gente del día a día.

Padres con hijos en la sección de oncología del hospital que ven la atención a sus pequeños mermada por los recortes de personal en el centro; gente que ha perdido todos sus ahorros por creer en la buena fe de unas cajas manipuladas hasta los cimientos, tutoras y custodias de su dinero durante más de treinta años; centros para personas discapacitadas que, de la noche a la mañana, han sido cerrados por subvenciones que no llegan; investigadores que no pueden avanzar en sus campos científicos por falta de inversión; funcionarios de carrera con altas responsabilidades degradados al nivel de becarios; becarios que ni tienen ni tendrán, a día de hoy, la posibilidad de dejar de serlo y así un largo, largo etcétera.

Como me gusta enterarme de todo, también he leído comentarios en distintos medios digitales a opiniones de gente que vivimos en el extranjero. ¡Algunos nos llaman acomplejados! “Mea culpa”, sí, estoy acomplejada por querer empezar a cotizar en un país que me deja hacerlo y sobre todo estoy acomplejada por ser crítica con España y no ponerme una venda en los ojos ante lo que pasa. Sería la primera en la calle protestando de estar allí, pero eso me requeriría estar en paro y dios no lo quiera.

 Un conocido medio nacional publica hoy que Finlandia es el número uno en educación en Europa. Y yo digo, ¿pero cómo no? Un país que invierte el 12% de los PGE en la formación de sus ciudadanos y en el que las oposiciones a profesor de primaria son las más duras del país.

 Pero nosotros, como somos los más listos del barrio, reducimos las becas y ayudas al estudio un 3’8%, la educación compensatoria un 68’6% (lo que en total hace una reducción general del 17’2% y de un 14’4% en política educativa) y todo esto a la vez que los gastos ministeriales en 2013 ¡suben un 15’6%! Y no faltaría más, a ello sumar un contexto en el que las administraciones públicas apenas se han contraído, por no decir que no lo han hecho en absoluto. Pero bueno, ¡cualquiera se atreve!, no vaya a ser que vengan los niños malos de Mas y Bildu y peguen la colleja en la cabeza que produzca la pérdida de las próximas elecciones generales.

 A río revuelto todos son ganancia de pescadores, pero ¿qué se puede pescar en un mar de peces muertos, dónde los pescadores corruptos y podridos de ambición sólo fingen estar preocupados por el bien común mientras usan esta farsa como tapadera para llevar a cabo sus ambiciones personales? España se ha convertido en una manta de la que todos quieren tirar: políticos, independentistas, banqueros, empresarios.

 ¿Y si la manta se rompe? España hace mucho que dejó de ser la gallina de los huevos de oro. Ya no se puede chupar más del bote y no soy la única a la que se le ocurren mil ideas sobre cómo liberar el país de tanto chupóptero. A mí , desde luego, no me engañan más.


 

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