Noticias de Cantabria
02-05-2008 09:19

El problema de Obama

En las últimas horas, todas las cadenas nacionales de televisión y radio norteamericanas han vuelto a prestar especial atención a la figura del reverendo Jeremiah Wright, el controvertido pastor del aspirante presidencial por el Partido Demócrata, Barack Obama.

Hace unas semanas, al saltar el escándalo de los sermones incendiarios de Wright, Obama criticó muy tímidamente a su pastor y calificó los puntos de vista de aquél sobre EEUU como distorsionados. Cuando parecía que el episodio en torno a Wright y los exabruptos de sus sermones se habían ya evaporado, el pastor racista acaba de volver otra vez a escena por la puerta grande para encender más, si cabe, al rebaño progresista de la izquierda norteamericana, siempre anhelante de recrear otro 68.

A una semana de otras nuevas primarias, el gran perjudicado de esta reaparición no es otro que el propio Obama. En una charla al National Press Club en Washington este pasado lunes, Wright afirmó que las críticas a sus sermones eran un ataque a la Iglesia negra. La realidad, sin embargo, es que las acusaciones a la forma y al fondo de sus sermones resultan tan justos, como necesarios porque nunca se tomaron fuera de contexto. No iban contra religión alguna, sino contra la politización de ésta. Wright ha usado el púlpito durante varias décadas para hacer política barata y para criticar sin argumentos ni pruebas a EEUU y a la comunidad angloamericana y blanca. Ante esto, a Obama no le queda ya otro remedio que salir públicamente cuanto antes a denunciar y repudiar a Wright, sobre todo ahora que éste ha reiterado las mismas ideas insanas de sus sermones pasados.

Entretanto, los Clinton aguardan. Ellos son la marca del mejor jabugo en cuanto a estrategia para ganarse el voto de los "superdelegados". Bill y Hillary harán lo imposible para evitar que Obama les arrebate la candidatura. Su estrategia es ganar, sobre todo ahora que el presidente del Partido Demócrata, Howard Dean, haya afirmado que uno de los dos aspirantes habrá de renunciar a seguir en campaña después de la última primaria en junio y a fin de que el partido se unifique antes de la Convención Nacional Demócrata en agosto. Los Clinton no lo tienen fácil, pero el problema de Obama es ahora que no ha ganado nada desde fines de febrero y que muchos van ya conociendo mejor su condición, sus amistades y su demagogia populista: la aprendida en los bancos de la lamentable y desfasada teología negra de la liberación, esa basura pseudo-intelectual vociferada hasta con chulería por el mismo Wright como pastor y mentor espiritual del propio Obama.

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