El blindaje vasco y los pesebres

Estoy de acuerdo con él, los territorios vascos estaban y están discriminados, pero a su favor, no al contrario, y elevar a rango de ley las normas que se aprueban en las diputaciones forales vascas, significa convertir en normal lo anormal, darle seguridad a la discriminación y hacer mucho más difícil el poder romperla. A partir de ahora, y una vez aprobada, dichas leyes no podrán ser recurridas por los ciudadanos o instituciones ante los tribunales ordinarios, sino que sólo podrán serlo por el Presidente, el Defensor del Pueblo, 50 senadores o 50 diputados y ante el Tribunal Constitucional, instancia judicial que, como todo el mundo sabe, es una entelequia, ya que está al servicio de los dos grandes partidos y de sus pactos coyunturales con los nacionalistas. Al fin y al cabo, esta medida supone crear un conflicto equiparable al del Estatuto de Cataluña entre el Gobierno central y el de la CAV.

Dicho esto, que es lo que la mayoría de los españoles y los cántabros pensamos, no deja de ser anormal, quizá también por normal, que desde las filas de los socialistas cántabros, en este caso desde el ejecutivo y para más inri, el consejero de la pasta, se diga que no pasa nada y que no merece la pena recurrir ni llevar a cabo ningún tipo de maniobra o actuación. Concretamente Agudo manifestó que el Gobierno regional no recurrirá el 'blindaje' porque “no conduce, en la práctica, a ningún lado”. No puede ser de otra manera para un PSOE como el de Cantabria, totalmente servil y arrastrado a los intereses de Zapatero y por su cúpula que se mantiene gracias a estos mismos mimbres.

Lo que ya no está nada claro es la actuación del PP. A nivel nacional, el partido de Rajoy ha tenido que explicar una y otra vez que ellos votaron en contra, lo cual hace pensar mucho, sobre todo si tenemos en cuenta que el Partido Popular vasco votó a favor. En Cantabria, los populares hace tiempo que no saben si van o vienen. Siguen en la más absoluta indefinición. No pueden criticar algo que han votado sus correligionarios de las Vascongadas, pero tampoco pueden dar el para bien a algo que ha sido rechazado por la cúpula nacional, y por los cántabros en general. Lamentable.

En cuanto al PRC, no sabemos que hace. A nivel parlamentario no se le espera y  como parte del Ejecutivo regional no se define. Calla o como mucho dice que contra esto lo mejor es modificar el Estatuo. Estas salidas de pata de banco pasarán factura a un partido y a un presidente, Revilla, que ha sido un gran impulsor de esta región.

¿Pero porqué pasa esto? Poque Zapatero necesita los votos del PNV. El PNV aparentar que sigue sirviendo activamente a los intereses vascos. En comunión han pactado presupuestos y blindaje del privilegio vasco. Así de claro. Y es que cada vez más, la historia de José Luis Rodríguez Zapatero se parece a la del Fausto de Goethe, dos personas obsesionadas y capaces de hacer cualquier cosa por conseguir sus fines, aunque éstos sean ampliamente diferentes, el del personaje literario era alcanzar el saber completo y el del Presidente es mantenerse en el poder al precio que sea necesario.