Noticias de Cantabria
Opinión 12-01-2025 06:41

Correr elimina huellas. José Antonio Avila López

El otro día leí lo siguiente en un artículo de opinión : ?Yo antes corría, corría mucho, todo el tiempo, a todas horas : para jugar cuando era pequeño, para liberarme, para escapar, para llegar a tiempo... Corría en un equipo deportivo, luego en otro y en ninguno. Corría en carreras, corría para ganar. Corría en grupo y también solo.

           Conceptos que aprendí...

El otro día leí lo siguiente en un artículo de opinión : ?Yo antes corría, corría mucho, todo el tiempo, a todas horas : para jugar cuando era pequeño, para liberarme, para escapar, para llegar a tiempo... Corría en un equipo deportivo, luego en otro y en ninguno. Corría en carreras, corría para ganar. Corría en grupo y también solo. A veces por la noche, por el día, al amanecer. Con muchísimo frío, y con calor. Corría entre la niebla y contra el viento. Con alegría y con tristeza?. ¡Qué estrés de artículo por Dios! Pienso que el correr no hace borrar todo, con correr no se vuelve a empezar a nada, y tampoco corriendo se consigue resetear y reiniciar pensamientos, y mucho menos desechar sensaciones negativas. Muchos autores y escritores han escrito sobre ello, pero me quedo con una cita de una periodista argentina (perdónenme pero no recuerdo el nombre) : «yo corro para aprender a aguantar lo que no se aguanta, para no llegar a ninguna parte, para romper el insano silencio del mundo». Muchos dicen que el correr es como el escribir, algo necesario e inspirador... ¡Pues no! Escribir es sinónimo de tranquilidad, sin prisas, sin correr... En lo que comulgo es en eso de ?necesario e inspirador?... ¡Por lo menos para mí! ¡Créanme! : correr no es ni liberador ni trascendental, y ni mucho menos hace entender mejor la vida. Correr es la pérdida gradual de las piezas de nuestro propio rompecabezas, es decir, si uno corre demasiado pierde momentos dulces, pasiones... Correr sin descanso y sin cabeza sólo puede ir incorporando huecos vacíos, o dicho de otra manera, correr produce el desconocimiento de buenas historias que se esfuman sin haberlas conocido. Correr como pollos sin cabeza implica desconocer huellas que cuentan nuestro viaje, huellas que alguna vez hubieran hecho falta.
José Antonio Avila López
Asesor político y corrector de textos
Ex concejal Ayuntamiento Rubí

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