La historia verdadera de la vela en Santander
Hasta el año 1967 en nuestra ciudad era imposible aprender a navegar a Vela a no ser que tuvieses un conocido o un familiar que navegase y te sacase de tripulante, lo que era casi un milagro, pues las tripulaciones de los Cohetes y Lagunejas eran siempre las mismas. En 1967 un grupo de animosos miembros del RCMS, que navegaban en el TENTACION, un crucerito, que hoy pasaría .......
*Mientras una de titularidad pública, la del CEAR, está a punto de cerrarse. Otra, también publica, la del Gobierno de Cantabria, con todo el personal contratado, está casi medio año sin actividad.
*Por otra parte, en la Bahía de Santander existen además de estas dos de titularidad Pública, no solo una, sino cinco Escuelas de Vela, unas que funcionan todo el año y otras que lo hacen solamente durante los meses de verano.
Mientras esta en el aire, como consecuencia del ERE presentado por la RFEV motivado por la nefasta gestión del Presidente saliente, y que como siempre ocurre en estos casos afecta a la parte más débil de organigrama de trabajadores de la misma,- concretamente a monitores de la Escuela de Vela del Cear de Santander-, la Escuela de Vela Cántabra, perteneciente al Gobierno de Cantabria, con base en la Isla de la Torre, está sin actividad durante casi medio año, con toda la plantilla contratada en nomina, pero si actividad. Esto no deja de ser no solo una enorme paradoja, sino una gran contradicción.
El Asunto de la construcción de la “Duna escalonada” nada tiene que ver con la posible desaparición de la Escuela de Vela del Cear, únicamente ha sido el detonante para que el problema haya saltado a la opinión pública, al no comprender nadie que la RFEV haga un ERE que afecta al funcionamiento de la Escuela dejándola sin personal, y que por otra parte se gaste la RFEV lo que no tiene en algo que para nada aporta a su deporte, la Vela. Dándose la circunstancia que la Escuela de Vela estaba, y ha estado siempre, con carga de trabajo. Siendo, la única que en la RFEV con este ERE paga el pato de la mala gestión de los que dirigieron esta en los últimos 12 años. Por esto todo, este asunto es un más sangrante. Otra cosa es que la Escuela de Vela del CEAR no tuviese alumnos y tuviese que cerrar por ello, lo que no es el caso.
Con permiso del editor daré alguna pinceladas de la historia de las Escuelas de Vela en Santander, lo que siempre es bueno conocer, para que no quede en el olvido el trabajo realizado anteriormente y que alguno no se piense que solo ahora se hace algo por este deporte.
*Hasta el año 1967 en nuestra ciudad era imposible aprender a navegar a Vela a no ser que tuvieses un conocido o un familiar que navegase y te sacase de tripulante, lo que era casi un milagro, pues las tripulaciones de los Cohetes y Lagunejas eran siempre las mismas. En 1967 un grupo de animosos miembros del RCMS, que navegaban en el TENTACION, un crucerito, que hoy pasaría desapercibido, pero que en aquellos tiempos era de lo poco que había en Santander, se impusieron la enorme responsabilidad de trasladar el deporte que amaban, -de una forma completamente altruista-, a los demás ciudadanos de nuestra ciudad que estuviesen interesados en practicar el mismo. Al mando de este grupo, llamado por ellos mismos el grupo Tentación se encontraba una figura mítica de la Vela Santanderina, Fermín Sánchez.
Para llevar a cabo este ambicioso proyecto en una época que no había nada y que este tipo de actividad era desconocida en el país, Fermín y los que colaboraban con él se basaron en la Escuela de Vela francesa de Glenans, la que fue su guía en cuanto el desarrollo de la enseñanza.
Con el empuje que le caracterizaba y salvando todos los obstáculos, la primera Escuela de vela del País la instalo Fermín y su grupo del Tentación en el Puntal en el mes de Julio de 1967 año, lo hicieron en tiendas de campaña facilitadas por el ejército, impartiéndose en esa primera experiencia un solo curso de 15 días de duración, y aunque la Escuela del Puntal la montaba el RCMS, estaba abierta a todos aquellos que quisiera aprender a navegar.
Ante la enorme aceptación popular que tuvo la idea de Fermín, al año siguiente la actividad de la misma se alargó a todo el mes de Julio, impartiéndose dos Escuelas ese año, lo que no evito que cantidad de gente se quedase sin plaza por lo limitado de las mismas. A partir de entonces la actividad de la Escuela del Puntal se aumento a los meses de Julio y Agosto.
Fermín estuvo al cargo directo de la Escuela del Puntal hasta 1972 en que pasa a ocuparse de ella uno de sus colaboradores, Chuchi Mora, haciéndolo cargo de la misma hasta 1974, en que la falta de interés en las directiva de turno del RCMS y la escasa colaboración del Gerente de la entidad hizo que a pesar de la gran demanda ciudadana, la Escuela languideciese poco a poco como consecuencia de las enormes dificultades logísticas que el Puntal ofrecía, entre ellas el asunto de la comida, la que llegaba por carro desde Somo.
Uno de los aciertos de lo protagonizado por Fermín en esta Escuela de Vela fue la venta en condiciones inmejorables de las embarcaciones a los alumnos que por ella pasaba y que no tenían barco para seguir navegando después de lo aprendido. Con ello conseguía que las embarcaciones de la Escuela se regenerasen y estuviesen siempre en buenas condiciones y que los alumnos pudiesen seguir navegando por módico gasto, además de proporcionar trabajo a los carpinteros de ribera pues en aquellos tiempos el poliéster aun no había entrado en la náutica santanderina.
Esto fue al final fue lo que más impulso la vela en nuestra ciudad, pues el solo paso por la Escuela de vela, sin que luego el alumno, al carecer de embarcación, no navegase, no tenía ningún valor. Cosa que hoy sucede, y de los más de 25.000 alumnos que dicen han pasado por la Escuela del CEAR, apenas son unos pocos los que se mantienen en este deporte.
En 1975 el RCMS deja de ocuparse de la Escuela, siendo la Federación Norte de Vela, dirigida entonces por Chus Arrarte, es la que pasa a hacerse cargo de la misma, a la vez que comienza hacer gestiones para dejar de montar la Escuela en las dunas del Puntal, para instalarla en un lugar fijo. Para ello consigue, tras más de 5 años de insistencia, que la entonces Federación Española de Vela, al mando de Miguel Company, consiguiese del CSD la asignación suficiente para reconstruir el edificio que había en la Isla de la Torre y que estaba en ruinas, que ya había albergado a un club Náutico anteriormente, el de Caza y Pesca, para que en ese lugar se instalara definitivamente la Escuela de Vela.
En todo este tiempo en Santander solo se navegaba desde Junio hasta Septiembre, el resto del año la bahía estaba desierta de embarcaciones de Vela, las que se encontraban almacenadas en el “CASETON” a la espera de la nueva temporada. La actividad que la Federación Norte impuso con la Escuela de Vela amplió la actividad a todo el resto del año, incluyendo los duros meses de invierno, lo que no fue nada fácil de llevar a cabo, pero la constancia y dedicación de los responsables acabo dando sus frutos, y los niños fueron acudiendo cada vez más a los cursos llamados de Invierno. Este fue un tiempo duro para la enseñanza de la Vela, pues la bese del Puntal no era viable para invierno y la Isla de la Torre no acababa de arrancar. Los cursos de invierno se impartían desde el “Casetón”.
Al final y tras muchos años de demora la Isla de la Torre termino su acondicionamiento para albergar la Escuela siendo ya Presidente de la Federación Norte Chuchi Mora el que fue segundo director de la Escuela del Puntal, el que con su equipo, a pesar de las enormes dificultades, puso en funcionamiento la Escuela de la Isla de la Torre, , sin estar esta completamente terminada , ya bajo el auspicio de la Federación Cántabra de Vela, ¡habían llegado las Autonomías!. Esto fue un acierto (lo de poner a funcionar la Escuela) y nuevamente la Escuela de Vela estaba en marcha. Esta vez en con una base fija en la que funcionar todo el año y no solo los meses de verano como sucedía hasta ahora.
Con la llegada de las Autonomías, la propiedad de la Isla de la Torre le fue trasmitida por el CSD al Gobierno de Cantabria. La sintonía entre el Director de Deportes Fernando Diestro y Chuchi Mora fue total y la Escuela floreció y supero su complicado arranque. Pero la llegada de Martínez a la Consejería, tras la defenestración de Diestro, produjo serios problemas con la Federación Cántabra de Vela, la que abandono la dirección de la misma y traslado su actividad nuevamente al “Casetón” desde donde seguía impartiendo los cursos, a los que acudieron los que hoy son los actuales navegantes de la bahía Santanderina.
Ante la precariedad de la nueva base, pues el casetón estaba en un total estado de abandono, Jesús Mora solicito a la RFEV ayuda para conseguir una nueva instalación fija en Santander, solicitud que su Presidente Arturo Delgado recogió inmediatamente y traslado al CSD el que se hizo eco de la petición. Ambos se la propusieron al Gobierno de Cantabria, dirigido entonces por Juan Hormaechea y al Ayuntamiento, del que era su Alcalde Manolo Huerta. El primero reusó el ofrecimiento alegando que ya tenía su propia escuela mientras que el Alcalde, Manolo, se entusiasmo con él.
El problema que se presentaba para el buen fin del proyecto era la ubicación de La Escuela. Se barajaron varios lugares en la zona de San Martin los que no llegaron a fructificar. Esta falta de ubicación, y maniobras subterráneas para llevárselo a Laredo, hizo pensar al CSD el trasladar la Escuela a San Sebastián. Al final el RCMS, al que le quedaba muy poco de concesión de su “Casetón”, ofreció, -sin pedir nada a cambio-, su concesión para la ubicación de la Escuela. Esto motivo que la RFEV cediese el uso gratuito a los Socios federados del Club del almacenaje de sus embarcaciones bajo cubierta y al Club un espacio para sus necesidades, cosa que nunca se ha producido.
La construcción de la Escuela de Vela que solicito la Federación Cántabra que es lo que hoy es el CEAR no fue nada sencilla, hasta el 20 de abril de 1991, varios años después de la aceptación de la propuesta de la Federación Cántabra de Vela a la RFEV no se licitaron las obras, las que llevaron varios años el terminarlas. En esta Escuela curiosamente no intervenía para nada el organismo que la había solicitado, la Federación Cántabra de Vela.
La Escuela que paso a denominarse CAR príncipe Felipe, paso a ser dirigida por un patronato formado por el Ayuntamiento, el CSD y la RFEV, en el que la Escuela, que era regentada por la RFEV, primaba la enseñanza de este deporte a los ciudadanos de Santander, - para algo había invertido el Ayuntamiento grandes cantidades de dinero santanderino-, y tuvo por ello personal del IMD en el centro. Así fue durante años, hasta que con motivo de las malas relaciones de la Casona con la Autoridad Portuaria, y de las elevadas tasas que el centro pagaba a la Autoridad Portuaria por la concesión el Ayuntamiento de Santander abandono el Patronato de Dirección del CAR.
Esta decisión dejo completamente abandonados los intereses de los ciudadanos santanderinos, siendo desde ese momento la RFEV la única que se ocupa del centro y de su gestión, en el que hasta antes del ERE se compaginaba la preparación Olímpica y la Escuela de Vela que ahora se puede cerrar, única ventaja que el centro, pagado con dinero de Santander, proporcionaba a los Santanderinos.
En la actualidad la situación es la que cuento al principio del artículo
J.F.M.J.
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