“Júzguenme por lo que hago, no por lo que digo”.(Javier Nart)
Personalmente me resulta curioso, cuando menos, que en el país de los indignados, donde hemos visto a miles de personas clamar por una regeneración democrática e incluso por una “democracia real ya”, el acto más básico y representativo de la democracia produzca pereza o resignación.