Noticias de Cantabria
13-04-2015 20:46

Termina la legislatura con obras justificadas y otras no tanto en la capital

A lo largo de este primer trimestre del 2015 venimos asistiendo a un creciente ritmo de obra pública en la capital de Cantabria. Ello tiene estrecha relación con las próximas elecciones municipales anunciadas a poco más de un mes. Este fenómeno se repite a lo largo y ancho de la geografía hispana,..




A lo largo de este primer trimestre  del 2015 venimos  asistiendo a un creciente ritmo de obra pública en la capital de Cantabria. Ello tiene estrecha relación con las próximas elecciones municipales anunciadas  a poco más de un mes. Este fenómeno  se repite a lo largo y ancho de la geografía hispana, aunque suponga incrementar la deuda de los ayuntamientos, aspecto que al parecer preocupa muy poco a la ciudadanía, aunque suponga que muchos de los más de ocho mil consistorios estén prácticamente quebrados o con deudas imposibles de afrontar.
En el caso de nuestra capital, entre las obras más llamativas para el ciudadano de a pie  figuran las rampas y escaleras mecánicas proyectadas para salvar las elevadas cuestas de nuestras calles.    Sin duda que dichos proyectos, como el recientemente inaugurado desde la plaza de Numancia hasta la calle General Dávila, o el que está en construcción    desde la calle Vargas hasta Isaac Peral son de masiva utilización por los vecinos residentes en las zonas altas de la capital. Igual ocurre con la utilización de las zonas peatonales en la calle Cádiz o la futura calle del Rubio, que vienen a sumarse a las ya resueltas en etapas anteriores y que vienen a ofrecer un aspecto totalmente tranquilo para los habitantes  de una ciudad pensada para los peatones y no tanto para los vehículos.
Esto, pese a quien pese, es un  avance importante en   la humanización de la ciudad, aspectos que habían  quedado relegados a  un segundo plano por parte de  nuestros regidores anteriores,  más preocupados por la circulación y estacionamiento  de los vehículos que por el bienestar de los ciudadanos. Claro que frente a estas actuaciones,  propias de barrios concretos por ser sus vecinos los más afectados, hay que reseñar   la remodelación del dique de Gamazo y zona de San Martín, la ampliación de los jardines de Pereda, aprovechando la construcción de Centro Botín, y el paseo de la calle Marqués de la Hermida, aunque esta obra haya sido realizada por otra administración,    con el consiguiente aparcamiento para vehículos sin verse sujetos a la recaudación de la OLA. 
He querido dejar para el final en este rápido recorrido por el mapa de Santander, dos obras que resultaron polémicas desde sus inicios porque no han contado con el mayoritario apoyo de los vecinos  y cuya  eficacia se verá una vez entren en funcionamiento. Es el caso del puente sobre las vías de Renfe y Feve para comunicar la calle Alta con la calle Castilla y evitar así el corte de las vías de ferrocarril entre dos  zonas con un alto índice de población. La pregunta que supongo se han hechos los técnicos al redactar el proyecto es qué número de usuarios utilizarán ese recorrido y para   utilizar qué servicios.
Caso aparte merece el vial en construcción para comunicar  la  rotonda de la Avenida Los Castos y Camilo Alonso Vega con la autovía del  Sardinero. Hay que recordar que ese enlace esta a trescientos metros del que une con  la rotonda de la bajada San Juan y a setecientos metros del construido en la Bajada de Polio, con un puente nuevo construido para salvar el regato de Las Llamas. Sin olvidar que para encajar esta obra en el Plan General de Ordenación Urbana hubo que realizar una modificación y realizar una polémica expropiación  a una anciana octogenaria, hoy ya fallecida. Claro los ciudadanos de a pie se preguntan  porque este empeño en una obra faraónica  que indudable no tiene carácter de urgente para descongestionar el tráfico en la zona, pues se absorbe con las rotondas existentes en la Avenida Los Castros  y que viene a cortar parte del terreno destinado a zona verde y parque público de la Vaguada  Las Llamas. Salvo, claro está,  que haya proyectos urbanísticos futuros que se escapan al contribuyente para justificar futuros recalificaciones. Y porqué apunto ésto?, oído en varias tertulias, porque las cosas y planificación de las ciudades no ocurren por casualidad. A la larga todo tiene su explicación y justificación.

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